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El de Claudio Barbarelli no es el primer caso de rehén que cae bajo las balas policiales. Una larga lista de víctimas, ajenas a cualquier delito, forma parte de la historia negra de la policía. Pero el que más se asemeja al ocurrido ayer en Llavallol es el ocurrido hace casi dos años en San Isidro, donde el profesor de música Mariano Witis, de 23 años, murió de un balazo en el pecho cuando la policía lo confundió con un asaltante.
Sucedió el 21 de setiembre de 2000. Ese día, por la mañana, Mariano iba caminando con su madre frente al hipódromo de San Isidro. Los dos trabajaban haciendo una encuesta para el municipio cuando Mariano se encontró con Julieta Shapiro, una ex compañera del Polimodal de Arte, con la que había integrado un coro.
Allí, sobre la calle Márquez, los dos jóvenes conversaban pero la charla fue interrumpida por dos muchachos. Uno los apuntó y los hizo subir al auto de Julieta, un Volkswagen Gol azul. Detuvieron el auto a las cuatro cuadras, frente a una sucursal del Banco Itaú. Los ladrones los presentaron como sus compinches. Uno de los asaltantes saltó por encima del mostrador, tomó el dinero de las cajas, y escapó con los otros tres, como si fueran todos de la misma banda. Subieron de nuevo al auto, con Julieta al volante. Cuando se aprestaba a entrar a la villa Uruguay, quedaron encerrados por la policía.
Hubo un cruce de disparos y dos muertos dentro del auto. La policía informó que dos delincuentes habían sido abatidos y una mujer había resultado detenida, mientras que un cuarto individuo escapó. La versión se mantuvo durante 24 horas, hasta que Julieta logró probar que no integraba la banda sino que había sido rehén. Su testimonio fue clave para aclarar que uno de los muertos era Mariano, su amigo, el profesor de música.
Mariano Witis estaba en tercer año del Conservatorio, enseñaba música en un jardín de infantes y en una escuela primaria, y había formado dos bandas de rock. El policía que lo asesinó, el cabo Rubén Emir Champonois, está preso por homicidio. Pero la Auditoría de Control de la Corrupción y Abuso Funcional de la Bonaerense lo sancionó con dos meses de suspensión.