ECONOMíA
No hay pacto que les venga bien
En la primera reunión en Buenos Aires, el FMI cuestionó los convenios con las provincias. Piden revisarlos uno por uno.
Por David Cufré
El Gobierno empieza a hacerse la idea de que el acuerdo con el FMI tampoco estará listo para mediados de julio. Bastó para ello una sola entrevista con la misión del organismo de crédito que ayer llegó a la Argentina. El jefe de la delegación, John Thorton, le dijo a Roberto Lavagna que los acuerdos firmados entre la Nación y las provincias a lo largo de los últimos dos meses son insuficientes pues, salvo el de Buenos Aires, el resto son meras “cartas de intención”. El nuevo reclamo del FMI es que los gobernadores suscriban acuerdos “definitivos”. Thorton adelantó que podría reunirse con cada uno de los mandatarios provinciales para que le expliquen cómo harán para reducir el déficit fiscal en sus distritos.
El Gobierno hizo un esfuerzo político mayúsculo para que la mayoría de los gobernadores firmaran el acuerdo con la Nación, pero el Fondo recordó que el trámite aún no está terminado. Tanto ese gesto como la ronda de exámenes a los gobernadores que prepara Thorton parecen una provocación, o al menos dejan en claro el tono que tendrán las negociaciones. Después de ese mensaje, un miembro del equipo económico reconoció que “no hay plazos” para cerrar el acuerdo. Lavagna había calculado que la carta de intención de un nuevo programa se firmaría no más allá del 15 de julio.
El ministro viajaría a Washington en dos semanas, para avanzar en la negociación política con las autoridades del FMI. Tras ello, si todo marcha bien, vendría Anoop Singh a dar los toques finales al acuerdo. Ese es el esquema con el que trabajan en el Palacio de Hacienda. Entre medio, el Gobierno tiene que completar otra ronda de actos con los gobernadores, estampando la firma al Pacto Fiscal. El secretario de Hacienda, Jorge Sarghini, reveló un elemento a favor con que contaría el Gobierno para facilitar la tarea con los mandatarios del interior. Sostuvo que el FMI “aportará 1000 millones de dólares” para cubrir el déficit fiscal de las provincias, luego de que éstas se comprometan a reducir sus desequilibrios presupuestarios entre un 40 y un 60 por ciento respecto al que tuvieron el año pasado.
La primera entrevista entre el equipo económico y la misión del FMI estuvo dedicada a armar la agenda de temas a negociar. Roberto Lavagna estuvo acompañado por el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, mientras que Thorton designó como su segundo a David Hoeschler. El economista inglés que encabeza la delegación informó que existen altas probabilidades de que su nuevo destino sea la Argentina. El FMI tiene un representante permanente en el país, que a partir de setiembre próximo sería Thorton.
Además de la situación fiscal de las provincias, otros temas que se tratarán durante las próximas dos semanas son el programa monetario y la restructuración del sistema financiero. En cuanto al primer punto, una fuente del Palacio de Hacienda consideró que la propuesta del Banco Central de una emisión de 7000 millones de pesos hasta fin de año es “sólo una hipótesis”. El funcionario relativizó los planes de Mario Blejer, quien, por su parte, ayer fue a pedir instrucciones a Eduardo Duhalde para saber cómo manejarse (ver recuadro en pág. 5). Más tarde, el presidente del Banco Central se encontró con el propio Lavagna, para recomponer una mínima relación de trabajo conjunto. Según la versión oficial que transmitieron desde Economía y el Banco Central, el encuentro fue para avanzar en la reglamentación del decreto de salida del corralito.
Al respecto, el FMI volvió a expresar su preferencia por un Plan Bonex compulsivo, y si bien aceptó que no habrá cambios al programa que ya presentó Lavagna, planteó sus dudas sobre cómo incidirá ese esquema en el diseño de la política monetaria.