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Otra vez empezaron con un café negro, se entregaron al debate futbolero y navegaron sobre la crisis argentina. Y otra vez, también, Eduardo Duhalde y Mauricio Macri terminaron la conversación analizando la posibilidad de una alianza electoral para los próximos comicios.
El segundo encuentro en el año entre el Presidente y el dirigente de Boca se realizó en la Casa Rosada. Fue a solas y demasiado breve como para lograr definiciones. Pero no lo suficiente como para que Duhalde volviera a imaginar a Macri con el traje de candidato a jefe de Gobierno porteño del justicialismo.
“El PJ en Capital no existe. Y el Presidente cree que la única forma de obtener un buen resultado es a través de una coalición con otras fuerzas”, señaló una alta fuente de la Casa Rosada.
La idea de Duhalde es lograr una alianza que exceda al propio Macri. De acuerdo con lo resuelto por los congresales del PJ, Duhalde es el interventor del distrito y por lo tanto tiene facultades suficientes como para “ordenarlo”. Esa potestad, no obstante, encuentra reparos legales y, sobre todo, políticos en la interna partidaria.
Macri viene creciendo en las encuestas. Y en el PJ especulan que es el único que podría hacerle fuerza a Aníbal Ibarra. En privado, el frepasista suele admitir su decisión de ir por la reelección en la Capital. En el distrito las encuestas muestran un buen posicionamiento del ARI, pese a que el partido de Elisa Carrió aún no dio a luz su candidato.
El puente entre el justicialismo y Macri tiene nombre y apellido: Ramón Puerta. El senador y el presidente de Boca han sabido conciliar amistad y negocios en Misiones, provincia de la que ambos son oriundos.
Puerta tiene el crédito de haber facilitado la primera cumbre de Duhalde con Macri, quien nunca niega que sus pretensiones puedan llegar a la Presidencia de la Nación. Aquella reunión fue en abril, en la residencia de Olivos. En esa oportunidad el empresario puso a disposición su proyecto sin reclamo alguno del copyright. En la mañana de ayer volvió a hacer lo mismo.
El acercamiento a Macri lo consideran en el Gobierno como una circunstancia “natural”. “Había tres ejes. Pacificar el país, que ya lo logramos. Reinsertarlo al mundo, que lo iniciamos ahora con las negociaciones con el Fondo Monetario. Y, finalmente, buscar una salida política. Aquí encajan las conversaciones con diversos políticos.”
En el entorno del Presidente aseguraron que Macri aprovechó la oportunidad para acercarle inquietudes de un grupo de empresarios españoles con intereses en Argentina. En Europa, el presidente de Boca mantuvo hace días diversos encuentros con representantes de Telefónica, Repsol-YPF, Grupo Marsans, Banco BBVA y Endesa. También mantuvo otras reuniones, más diplomáticas, con el ministro portavoz de España, Guido Cabanillas, y referentes del Partido Socialista y del Partido Popular.
Si en Olivos se regodearon hablando de Banfield y Boca, en la mañana de ayer se lamentaron por la inesperada descalificación de la Selección. Macri puso énfasis en que Marcelo Bielsa tuvo el mayor consenso en la etapa previa al Mundial. Y que no fue su culpa sino “circunstancias del juego” las que impidieron un mejor resultado.
Del fútbol propiamente dicho se pasó al negocio del fútbol. Según admitieron fuentes de los dos protagonistas del encuentro, se analizó el proyecto de reforma de la ley sobre violencia en el fútbol, a manos del secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli. Al empresario, viendo que el Mundial terminó para la Argentina, le pareció conveniente abordar el tema de manera “urgente” ya que la atención volverá hacia la competencia local, según explicó un vocero del dirigente de Boca.
Pero aparentemente no se analizaron únicamente las normas de seguridad por dentro y fuera de los estadios de fútbol antes del inicio del torneoApertura, sino también un proyecto de reestructuración de los clubes de fútbol. Es sabida la aspiración de Macri de convertirlos en sociedades anónimas.