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El sacrificio de animales remite, en la creencia popular, a las ceremonias umbandistas. Pero ese culto, admitido en el país, no contempla ofrendas de este tipo. Ocurren, no obstante, desviaciones producto de la influencia de otras expresiones africanistas, en su mayoría provenientes del Brasil.
A esos grupos se refieren las crónicas policiales cuando hablan de clausuras de templos donde se realizan sacrificios de animales. Es que la ley 14.346 considera como actos de crueldad la vivisección y mutilación de animales así como su sometimiento a sufrimientos innecesarios.
Las ofrendas de estos cultos marginales consisten en la consagración de un animal doméstico, al que luego se le da muerte y se le sacan las patas, la cabeza, la sangre o las vísceras, pero no las partes comestibles. En cambio, las ofrendas de los umbandistas consisten en velas, frutas, flores, hortalizas y perfumes.
El umbanda y las religiones africanistas tuvieron difusión en la Argentina a partir de la década del 80. En el Registro Nacional de Cultos hay inscriptos más de 400 templos. El umbanda es un culto surgido en el estado brasileño de Guanabara, como una síntesis de tres culturas: los cultos provenientes de Africa, las religiones de los indígenas brasileños y el catolicismo popular portugués. A ello se debe que los dioses que adoran tienen semejanza con santos católicos pero su nombre es de raíz africana.