“Hay muchas personas sin techo durmiendo en vehículos abandonados, y en algunos casos se trata de sus propios vehículos –contó Patricia Malanca, titular del programa Buenos Aires Presente, del gobierno porteño–. Un caso fue el de un remisero que había vivido en un hotel, pero cuando se le rompió el auto quedó sin trabajo y sin techo. El vehículo era bastante nuevo y él no quería dejarlo: ‘Ni loco me voy a un hogar: me quedo en mi coche, nos decía. Nos ocupamos de conseguirle un subsidio para que arreglara el coche y pudiera volver a sostener una vivienda’.”

Otro caso fue “el de un camionero que, luego de quedar sin trabajo en relación con sus problemas con el alcohol, dormía en la cabina de su camión. Así siguió hasta que unos amigos, de una empresa de camiones cercana a uno de nuestros paradores, le sugirieron que fuera a alojarse allí”.

La directora del BAP aclaró que “las áreas del gobierno porteño que tienen a su cargo retirar los vehículos abandonados en la vía pública, cuando detectan gente durmiendo en ellos, se conectan primero con nosotros, para que hagamos la invitación de ingresar a nuestros servicios”.