Luego del fallo que en la madrugada de ayer lo condenó a cinco años y seis meses de prisión por encubrimiento agravado del crimen de su esposa María Marta García Belsunce, Carrascosa fue llevado a la DDI de San Isidro, donde compartió el calabozo con tres presos. El lugar ya era un rincón conocido: allí había permanecido durante 45 días en 2003, hasta que salió con la libertad morigerada dispuesta por el juez Diego Barroetaveña.

Desde allí, durante la mañana de ayer, el condenado fue trasladado a la seccional séptima de Las Lomas luego de que se informara que había más espacio. Allí fue alojado en un calabozo común para dos personas, aunque tendrá un trato diferencial: permanecerá solo. En la DDI recibió la visita de su abogado Hernán Ferrari y de familiares y amigos. Entretanto, ya se iniciaron los trámites en busca de una vacante en la U41 de Campana. La unidad fue inaugurada un poco antes del Mundial de 2006. Es nueva y está destinada a presos supuestamente tranquilos y cumpliendo la última etapa de su condena.

El miércoles, antes del veredicto, Carrascosa ya había anticipado la posibilidad de que se dispusiera su detención, por lo que un familiar llevó una bolsa con un termo y ropa para cambiarse que le fue entregada al viudo mientras se despedía de sus familiares y allegados.