LAS PREFERENCIAS DEL PRESIDENTE POR EL SECTOR DE LA CONSTRUCCION
“Somos mimados por Kirchner”
Uno de los empresarios que más conoce los deseos de Kirchner revela que la obra pública es uno de los principales objetivos del Presidente. Por ese motivo, no piensan desaprovechar la oportunidad.
Por Cledis Candelaresi
Esuco es una empresa vial que acumuló experiencia como contratista de las ex YPF, Gas del Estado y de las provincias patagónicas. Ese antecedente identifica a su presidente, Enrique Wagner, como uno de los directivos de la Cámara Argentina de la Construcción que más conoce a Néstor Kirchner y, básicamente, sus mañas de administrador desde antes del arribo del santacruceño a la Casa Rosada. De la mano de otras constructoras también frecuentó los despachos públicos bonaerenses como accionista de Covisur, el grupo que opera por peaje la Ruta 2, cuyo contrato está en plena renegociación. En diálogo con Cash, Wagner explica por qué su sector es el mimado por el Presidente.
¿Por qué no presentaron ofertas en las nuevas licitaciones de rutas nacionales por peaje?
–Porque el nuevo esquema no delimita claramente la responsabilidad del concesionario, que debe hacerse cargo por accidentes que se produzcan por haber hecho tarde o mal las reparaciones. Pero si una parte de estos trabajos están en manos del Estado, la cuestión se transforma en un tema delicado.
¿Significa que es más ventajoso participar como contratista tradicional en las obras que ejecute Planificación que operar rutas?
–Son dos negocios completamente distintos. En el sistema anterior, todas las obras estaban dentro del contrato de concesión y se podían apalancar con préstamos bancarios. Ahora, sólo se trata de hacer el trabajo de mantenimiento y cobrar a fin de mes. Esta concesión tiene la ventaja de un horizonte cierto: un ingreso garantizado por 5 o 10 años.
¿Qué impresión tiene de Kirchner como administrador?
–Tengo una muy buena impresión porque en su provincia estaba muy encima de las cosas. Como gobernador, él decía que tenía tres computadoras que le permitían saber al detalle el estado de las cuentas de la provincia. Y realmente era cierto. Cuando me tenía que retar por el atraso en alguna obra, lo hacía sabiendo perfectamente cuál era el estado de cosas. Nuestros jefes de obra tuvieron muchas visitas sorpresa de Kirchner, que iba personalmente a chequear las obras.
¿Es una experiencia similar a la de adjudicatario de la Ruta 2?
–Son situaciones muy diferentes. El contrato de Covisur está en plena renegociación, sobre la base de un decreto provincial por el que se trata de implementar un esquema parecido al de la Nación: una parte de la recaudación va a los concesionarios para el mantenimiento; la otra, a un fondo fiduciario para obras, que administra el Estado.
Ustedes también tienen incumplimientos.
–No hay incumplimientos sino una discusión por excedentes en la recaudación acumulados hasta el 2001, ya que los ingresos fueron superiores a los de contrato. Ese dinero debía volcarse a obras, pero ninguna norma decía que eso debiera hacerse inmediatamente, ni al año próximo. Finalmente, el gobernador Ruckauf decidió reducir la tarifa a cuenta de aquel excedente. Y esto se está discutiendo.
¿La construcción es el sector mimado del Gobierno?
–No tenga duda.
¿Por qué?
–La reactivación no puede desligarse de la suerte del mercado interno, y la construcción es una actividad básicamente ligada al mercado interno.
Hay colegas suyos que calculan una recomposición de precios del sector del 15 por ciento en dólares para el año próximo.
–El costo de la construcción hoy está entre un 15 y un 20 por ciento más bajo que antes de la crisis, básicamente porque tenemos una depresión en los salarios. Va a haber una recomposición, pero no de tanta magnitud.
¿Por qué a ustedes se le reconoció un ajuste en el valor de los contratos con el Estado cuando, al mismo tiempo, hay renuencia a autorizar subas a las privatizadas?
–La determinación de precios de nuestros contratos tuvo lugar durante el gobierno de Eduardo Duhalde mediante un decreto que permitió reactivar obras que estaban paralizadas. Hacia futuro reconoce otros aumentos sólo si el promedio de los costos de la obra suben por encima del 10 por ciento.
¿Por qué la Cámara Argentina de la Construcción avala la actual propuesta de renegociación de la deuda externa?
–Lo que a nosotros no nos parece razonable es una propuesta que exija un superávit mayor porque generaría recesión.
Ustedes tienen su propia discusión con el Estado por las deudas.
–La deuda está bastante controlada, porque en su mayoría es deuda corriente. El problema es que se subejecuta el presupuesto a través de los pagos: nosotros hacemos obra por 100, pero nos pagan 50 y el resto se acumula como deuda flotante. Así la subejecución alcanza normalmente el 30 por ciento del presupuesto del área. También es cierto que cuando se atrasan los pagos, nosotros empezamos a demorar las obras.