POLéMICA
“Generar otra integración”
¿QUE DEJO EL ENCUENTRO POR EL ALCA EN MIAMI?
Por Julio C. Gambina *
Finalizó un día antes de lo previsto la octava reunión de ministros negociadores del ALCA y en su documento quedan claros los límites del proceso para establecer una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego. La causa debe reconocerse en la movilización popular de rechazo al ALCA. EE.UU. debió bajarse de su objetivo de máxima para constituir un ALCA integral. Brasil liderando al Mercosur y con apoyo de Argentina impuso el ALCA posible. Cada país queda liberado para iniciar negociaciones bilaterales con EE.UU. y se pretende no subordinar los acuerdos comerciales preexistentes al ALCA. Además, la declaración final alude reiteradamente al objetivo de combatir la pobreza y resolver las asimetrías entre países, incluso proponiendo el estudio de compensaciones. ¿Es todo ello posible? ¿Qué condicionó esas conclusiones? ¿Cómo siguen las negociaciones y en qué termina todo?
Primero hay que considerar que ha crecido la campaña continental “No al ALCA”. La segunda consideración es que desde que se hizo visible ese movimiento en la cumbre presidencial de Quebec en abril del 2001, empezó a agrietarse el acuerdo de los mandatarios. Desde entonces, primero Venezuela y luego Brasil han expresado opiniones diferenciadas, que aún no representan el mandato de quienes luchan contra el ALCA y no creen en la posibilidad de mejorarlo, pero sus intervenciones contribuyeron a obstaculizar el proceso deseado por Washington.
En tercer lugar vale considerar que la ofensiva liberalizadora impuesta por el capital transnacional en las últimas tres décadas, no deja espacio posible para la restauración de procesos de reconstrucción de capitalismo nacional, tal como verbaliza el gobierno argentino. Eso dificulta las pretensiones de inserción internacional posibilistas que imaginan los sostenedores del ALCA light.
No es entonces un dato menor que a la resistencia popular se adicione el nuevo clima político generado en buena parte del continente en la última década, desde el caracazo a la lucha chiapaneca y las rebeliones en Argentina o más recientemente en Bolivia. Pero también los cambios institucionales operados en varios países del Sur de América y que aún no se expresan en cambios sustanciales en relación a la política hegemónica de cuño neoliberal.
El asunto es que no alcanza con denunciar la lucha contra la pobreza, ni en las formulaciones de los gobernantes, ni en documentos oficiales como la declaración reciente en la reunión de Miami. De lo que se trata es de modificar las políticas internas para resolver las necesidades alimentarias, educativas, sanitarias, de empleo e ingreso de la mayoría de la población. Es una tarea que puede ser exitosa si se genera otra integración que suponga privilegiar esos objetivos en forma compartida entre varios países, y no solo del continente americano.
* Economista. Director del Instituto de la Cooperación.