SUBA DE INSUMOS, IMPACTO EN PRECIOS Y PODER ADQUISITIVO
“No perdemos clientes”
Después de superar la crisis por la denuncia de una supuesta contaminación en una hamburguesa y por la inestabilidad económica, McDonald’s recuperó facturación disminuyendo el margen de ganancia.
Por Cledis Candelaresi
Un flamante cambio en la reglamentación del Código Alimentario podría virar el resultado de la investigación sobre presunta contaminación en las hamburguesas de McDonald’s. Según explica José Hernández, gerente general de la filial argentina, ni la sospecha sobre la calidad del producto ni la ola de antipatía hacia los símbolos estadounidenses hicieron mella en este clásico del fast food, cuyas ventas se recuperan junto al consumo.
¿McDonald’s se favoreció por el actual repunte en el consumo?
–Sí, aunque nosotros estamos en el tramo final de la cadena en el que se puede sentir el impacto en la recuperación. De alguna manera nuestros productos son prescindibles. Pero no perdemos clientes sino frecuencia. Una madre que tiene restricciones para afrontar sus gastos no puede traer a sus chicos cuatro veces por mes, pero sí los trae dos.
¿Cómo enfrentaron el aumento en sus costos?
–Después de arduas negociaciones con nuestros proveedores, logramos contener algunos precios. Aun así tenemos un aumento de costos del 120 por ciento, del cual sólo pudimos trasladar al público un 57 por ciento. Esto fue gracias a una pérdida de márgenes. Otra cuestión que tuvo gran impacto en nuestros números fueron los aumentos salariales. Tenemos más de 8000 empleados que tienen un nivel salarial bajo, por lo tanto, los incrementos dispuestos por decreto tienen un impacto importante.
¿Qué pasó con las causas contra la empresa por contaminación de hamburguesas?
–Hay dos causas, una en Nación y la otra en provincia, que todavía están en la etapa de fiscalía, reuniendo información. Sí hubo una novedad importante, ya que el 24 de mayo salió una reglamentación del Código Alimentario que nosotros habíamos propuesto como cámara de alimentos desde noviembre del 2001. Ahí le pedimos a la Comisión Nacional de Alimentos que evaluara la reglamentación para productos crudos.
¿Qué le pidieron que evaluara?
–El Código exigía que un alimento fuera “patógeno cero”, en decir, estéril, pero en su presentación para venderlo al público. No diferenciaba crudo del cocido y los productos se esterilizan mediante la cocción. Como esto no estaba establecido, a muchos negocios se les tomó muestra de productos no cocinados que se procesaron mediante análisis no normados y de ellos se obtuvieron resultados tampoco normados. Las empresas reunidas en la cámara del sector presentamos ante el Ministerio de Salud información reunida en Estados Unidos y Europa acerca de otros códigos.
¿Entonces?
–Finalmente nuestra propuesta para que se hiciera la diferenciación por cocción fue admitida, y con la intervención de la de Secretaría de Agricultura, el Ministerio de Salud y el Senasa, con la asesoría de la industria que integra un comité asesor, se promulgó la reglamentación que pedimos. Pero quiero aclarar que en realidad McDonald’s no está acusado sino que sólo se abrió un proceso de investigación y en la primera crisis ni siquiera hubo una denuncia. Le aseguro que cuando una empresa que vende una cantidad tan grande de alimentos está afectada por la contaminación el problema nunca se limitaría a un caso aislado, tal como sucedió.
¿El cambio de reglamentación puede incidir en los resultados de la investigación?
–Seguramente va a influir.
¿Cuál es la proyección del negocio de la empresa?
–Por ahora la idea es mantener los 186 locales que tenemos. De enero a mayo la empresa facturó un 10 por ciento más que el año pasado y esperamos culminar el año con un 20 por ciento arriba que en el 2003, año en el que facturamos 220 millones. A pesar del ahorro energético y otros avatares. Está en planes reacondicionar 50 locales y continuar con la apertura de los Mc Café, un modelo que desarrollamos en la Argentina y que ya fue adaptado a Chile y Uruguay.