Domingo, 31 de enero de 2016 | Hoy
Por Cristian Carrillo
El impacto de la megadevaluación que aplicó el gobierno de Mauricio Macri todavía se encuentra lejos de haberse diluido. “Históricamente la magnitud de un salto devaluatorio se traslada a la inflación en los siguientes dos trimestres, por el equivalente a dos tercios del salto cambiario”, sostiene el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, en entrevista exclusiva con Cash, la primera que concede a un medio gráfico desde su salida de la función pública. Según este comportamiento, la suba de 40 por ciento del dólar adicionará 24 puntos a la inercia inflacionaria que se reinició en noviembre pasado. “En un nuevo gobierno había que aumentar el ritmo de devaluación. Era razonable. Pero hacerlo así y eliminar todas las restricciones generó este salto inflacionario”, sostiene.
El ex titular del BCRA recibe a Cash en su casa. Acomoda unos vinilos de Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros que le regaló su hijo y, más relajado que en su época de funcionario, inicia la charla. “Tengo el disco La grasa de las capitales (de Seru Giran). Tal vez sea más apropiado”, señala haciendo en referencia a las declaraciones del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, quien se quejó de la “grasa de la militancia” en las dependencias públicas.
El ex funcionario, quien ahora se aboca a la actividad política, analiza las primeras medidas aplicadas por el macrismo. “Hay una percepción de que el gobierno de Macri es blando con los intereses económicos y duro con los trabajadores”, sostiene. Reconoce que un acercamiento al Fondo Monetario Internacional no es por sí mismo algo reprochable, pero alerta sobre el grado de involucramiento de este organismo en la política económica interna. “Argentina parece que va a volver a ser el mejor alumno de la clase para el FMI”, advierte. En los primeros cuarenta días de la nueva gestión en el Central se deshicieron casi todas las medidas aplicadas por Vanoli con destino a proteger al usuario financiero. “Hubo una transferencia de fondos a los bancos del depositante y de las pymes, que tienen ahora un costo financiero mucho más alto. Es una cuestión que va a profundizar la recesión y la inflación por mayor costo financiero”, cuestiona el ex titular del BCRA.
–¿Cuál fue la medida del nuevo gobierno que más lo sorprendió?
–A nivel de Banco Central sorpresas hubo pocas. Las propuestas económicas del PRO en general habían sido bastante explícitas. Había tres ejes fundamentales: la cuestión cambiaria, la eliminación de los controles de capitales y el endeudamiento. Quizás pensé que se iban a tomar un poco más de tiempo en otras medidas un poco más controversiales y favorables a los bancos: la eliminación de autorización para cobrar cargos y comisiones y la eliminación del piso de tasas para los ahorristas y del techo al crédito. Era obvio que lo iban a hacer, pero dado el fuerte impacto que va a tener la devaluación y las modificaciones cambiarias, pensé que iban a mantener un tiempo estas medidas.
–¿Era inevitable la devaluación?
–Ellos se tomaron una semana para tomar una medida y en ese lapso no hubo turbulencias. No hubo una gran explosión el 11 de diciembre, como sostuvieron en la campaña. La devaluación de más de 40 por ciento es lo que ideológicamente querían hacer y creían nconveniente. Con el candidato Daniel Scioli teníamos pensado aumentar gradualmente el ritmo de devaluación del tipo de cambio, manteniendo el mercado administrado. Una de las características de la nueva conducción es la libre flotación que aumenta la volatilidad financiera. Para este BCRA la política monetaria no es importante.
–El principal objetivo que expresó la actual conducción es ajustar la economía a metas de inflación.
–La política cambiaria es importantísima en un país como la Argentina y tiene que ser un objetivo. Está en su Carta Orgánica: el crecimiento con inclusión. El nuevo presidente jerarquizó la estabilidad monetaria en desmedro de los otros objetivos. La Carta Orgánica llama a atender todos los objetivos. El crecimiento es un objetivo, tal como el empleo, pero la inclusión es un valor, y no se pueden poner en la misma lista de jerarquías.
–El gobierno sostiene que la devaluación no tuvo ni tendrá efectos sobre la inflación.
–El índice de San Luis, y todos, muestran un salto inflacionario muy grande. Las estimaciones de 2016 son del 40 por ciento. ¿Por qué esto es así? Históricamente en la Argentina la relación entre las devaluaciones y los precios se traslada en dos tercios en los próximos dos trimestres. Es decir que el salto devaluatorio del 40 por ciento impactará en los precios sumando un 24 por ciento a la inercia inflacionaria. Esto es la historia de la Argentina. Aumentar en un nuevo gobierno el ritmo de devaluación era razonable, pero hacerlo así y eliminar todas las restricciones generó este salto inflacionario. Es la tercera etapa de la restauración neoliberal en lo político y económico. La primera fue el proceso militar, la segunda en los noventa y esta es la tercera. Las tres empezaron con una devaluación clásica y con un ajuste. Luego de la liberalización financiera y comercial, viene la fase del endeudamiento, que siempre termina mal como en 1981 y 2001.
–¿Cuestiona el acercamiento el Fondo Monetario?
–Una revisión del artículo IV creo que es una obligación y no la voy a criticar. Pero el gobierno debe clarificar cuál será el grado de involucramiento con los organismos de crédito en un futuro. Si sólo se quedara en eso, no habría mucho para decir, porque se puede cumplir de determinadas maneras.
–¿Por qué no se hizo antes?
–En parte por esta visión de que había que cortar todo vínculo con el FMI. Pero hubiera sido positivo hacerlo. No se perdía nada con hacer esa revisión. Porque el FMI es un organismo desprestigiado, que ha errado todas las proyecciones, sobrestimado el crecimiento global y subestimado el crecimiento de los emergentes. No obstante, me temo que dada la impronta de este gobierno, esto sea solo un primer paso. Espero que no volvamos a los programas de ajuste.
–El Fondo alabó las primeras medidas del gobierno, al tiempo que anunció que generan una recesión.
–Argentina parece que volverá a ser el mejor alumno de la clase para el Fondo Monetario. México había sido enormemente felicitado antes de la crisis del Tequila. Argentina en el ‘98 también había sido felicitada por Estados Unidos y el Fondo. Brasil en la actualidad. No es un sello de calidad. En realidad, desnuda que debe haber conversaciones que implican profundizar el ajuste.
–¿La suba de tasas podría frenar la economía?
–Ya hay una desaceleración del crédito en diciembre y tiene que ver con esto. Con la devaluación subieron las tasas de interés, pero no mantuvieron los topes. Entonces hubo una transferencia de fondos a los bancos desde el depositante y la pyme, que tienen ahora un costo financiero mucho más alto. Aquí se ve una cuestión que va a profundizar la recesión y la inflación por mayor costo financiero. Para este gobierno los factores de la inflación están dados por el costo del dinero y el déficit fiscal. Sin políticas compensatorias, los efectos de esta suba de tasas van a ser muy nocivos.
–No obstante, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anunció que se crecerá hasta 1 por ciento este año. ¿Es posible?
–No veo hasta ahora en estas medidas los factores expansivos que se requieren para crecer. Con un menor salario real y mayores tasas de interés será difícil. Uno podría suponer que la salida de la devaluación implicaba buscar dos factores de expansión posibles: exportaciones e inversión extranjera directa. Lo cierto es que en este contexto internacional es muy difícil que se pueda tener una salida exportadora, más allá de si es razonable para una estrategia de desarrollo. En tanto, se está desprotegiendo al mercado interno a partir de las medidas de comercio exterior.
–¿Un esquema de metas de inflación podría frenar la inercia inflacionaria?
–Las metas de inflación no aseguran que se pueda tener una baja de los precios. ¿Qué es preferible, un país con desempleo de 7 por ciento con inflación de 10 por ciento o un desempleo del 15 por ciento con una inflación del 5? Cuando al Banco Central se lo evalúa solo por la política inflacionaria tiene un sesgo riesgoso para cumplir con esas políticas. Corremos serios riesgos de que tengamos políticas estructuralmente negativas para la producción y la demanda por el aumento del crédito.
Vanoli
-“Es la tercera etapa de la restauración neoliberal. La primera fue el proceso militar y la segunda los ’90.”
-“Una revisión del artículo IV es una obligación y no la voy a criticar. Pero me temo que esto sea solo un primer paso.”
-“Los efectos de esta suba de tasas van a ser muy nocivos.”
-“Con un menor salario real y mayores tasas de interés será difícil que la economía crezca este año.”
-“Las metas de inflación no aseguran que se pueda tener una baja de los precios.”
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