CONSUMO > PERSPECTIVAS DEL MERCADO DE LA CONSTRUCCIóN
Cal y arena
Por Alejandro Bercovich
El déficit habitacional en todo el país es de unos 3 millones de viviendas. En ese contexto, la reactivación que experimenta la construcción desde que empezó el año está basada en refacciones y ampliaciones particulares. Y en muy pocos edificios nuevos en las ciudades más grandes. Mientras esperan que se empiecen a ejecutar los anuncios del Gobierno en materia de obra pública, los empresarios del rubro se muestran cautelosos al analizar los números. Admiten que en las pequeñas obras, que se realizan con cuadrillas de obreros más reducidas y hasta familiares, el empleo en negro es la regla. De ahí la dificultad de medir la desocupación entre los albañiles, que el sindicato estima en más de 300 mil personas.
“Lo que se está construyendo a estrenar son obras de 1500 o 2000 metros cuadrados, y eso es un edificio de siete u ocho pisos en un terreno común. El resto es todo refacción y ampliación”, dijo a Cash Héctor D’Odorico, dueño de la inmobiliaria homónima y directivo de la Cámara Inmobiliaria Argentina. Para él, la clave es el tiempo que insume cada obra: las torres de los ‘90 –con jardines, puesto de vigilancia privada y servicios centrales– demandan hasta tres años. Desde la devaluación, se transformaron en proyectos de difícil viabilidad por la falta de crédito. “En cambio, un edificio chico lleva de 12 a 15 meses, y una refacción en 90 días está terminada; ésos son períodos más manejables en una economía turbulenta como la actual”, apuntó D’Odorico.
Turbulenta o no, la coyuntura muestra un importante repunte en relación al año pasado. Pese a los fuertes aumentos de precio que anotó el grupo Fortabat en la bolsa de cemento de Loma Negra, el consumo de ese material básico subió un 22,6 por ciento en el primer cuatrimestre del año. Y el índice sintético de la construcción del INdEC registró una suba del 36,3 por ciento en el mismo período. El repunte de las obras de escasa envergadura tiene también su correlato entre los proveedores: a diferencia de las grandes constructoras, los arquitectos y particulares compran sus materiales en corralones minoristas, que están aumentando sus ventas. Ese cambio de tendencia lo advierten en la Cámara de la Construcción. “Las grandes obras públicas y privadas han sufrido una paralización casi total en la segunda mitad de 2001 y el 2002. Hoy hay más reactivación del sector privado que del público, y los materiales que más se están consumiendo son los que se usan para ampliaciones, refacciones y reparaciones”, señaló a Cash el vicepresidente de la entidad, Monir Madcur.