FINANZAS › EL MERCADO ESPERA LA SUBA DE LA TASA DE INTERES INTERNACIONAL
Todo concluye al fin
El consenso de la city es que esta semana Alan Greenspan subirá un cuarto o medio punto la tasa, poniendo así fin a un ciclo de cinco años de política monetaria expansiva. Efectos sobre la Argentina.
Por Claudio Zlotnik
Alan Greenspan pondrá, esta semana, punto final a un ciclo histórico de tasas de interés bajas. Aunque la mayoría de los financistas cree que la Reserva Federal (banca central estadounidense) subirá la tasa en un cuarto de punto, una minoría se vuelca por un ajuste más importante, de medio punto. Estos últimos sostienen que, de esa manera, el presidente de la FED volvería a colocarse por delante del “consenso de mercado”, cualidad tan importante para manejar las expectativas. Especulan, además, que podría ahorrarse una intervención adicional antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Cualquiera sea la opción, lo cierto es que, después de trece retoques a la baja en los últimos cinco años, dentro de pocos días comenzará la tendencia alcista de la tasa internacional. Varios interrogantes se abren en relación con sus efectos sobre la Argentina.
La duda principal refiera a lo que vaya a suceder con los flujos de capitales. De acuerdo con los últimos datos oficiales, la Argentina revirtió la ola de los últimos años y lo que era déficit se convirtió en superávit. Si bien el grueso de esos fondos apuntaló la economía real por las inversiones en el sector de la construcción y en el agro, también es cierto que se notaron algunas apuestas en acciones por parte de fondos de inversión extranjeros. La pregunta, entonces, es si habrá capitales interesados en el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento en un contexto de suba de la tasa internacional. Y si la Argentina seguirá mostrándose como una atractiva opción de inversión en momentos en que la economía precisa esa inyección de fondos para mantener su impulso.
La otra cuestión refiere a los precios de los commodities. La inminente suba de la tasa retrajo los precios de los exportables argentinos en un 20 por ciento promedio. ¿Seguirá profundizándose esa caída? En principio eso depende de los movimientos futuros que decida Greenspan.
En concreto, comenzará un ciclo alcista de la tasa. Pero lo que aún se desconoce es su velocidad y magnitud. Si el modelo es lo ocurrido en los ‘80, las perspectivas son negativas. En esos años, la tasa subió del 3 al 6 por ciento en menos de doce meses. Ahora, las apuestas indican que recién a fines de 2005 se situaría en torno del 4 por ciento.
Lo que vaya a ocurrir con los precios de los commodities tiene un interés excepcional. Un menor superávit comercial tendrá implicancias sobre la economía real pero también podría repercutir sobre la paridad cambiaria. Hay que prestar atención, además, a lo que suceda en Brasil, donde el impacto de la suba de la tasa puede agravar la delicada situación económica porque Lula da Silva necesita refinanciar deuda. Los pagos por intereses acumulan nada menos que nueve puntos del PIB brasileño.
El endurecimiento del escenario internacional disparará distintas consecuencias, de las cuales el Gobierno deberá tomar nota y decisiones para morigerar sus previsibles impactos negativos. No es para menos: la historia muestra que cada vez que Estados Unidos subió la tasa se precipitó una crisis financiera.