E-Cash de lectores
Ludditas
En “¿Las buenas noticias son buenas?” (Página/12, Cash, 19/10), Susana Díaz hace una aproximación no ingenua al actual boom de la soja y sabe apreciar los coletazos por ahora escondidos de la monoculturización, el empobrecimiento de la biodiversidad, el destrozo de otras actividades agropecuarias, como la láctea. Reincide, sin embargo, en un ajuste de cuentas con los ludditas verdes que merece alguna consideración. No es cierto que los ludditas creyeran “en la destrucción de las máquinas”. Como bien explica Ch. Ferrer (In Memoriam sobre el personaje de Ned Ludd, que nunca existió): “Los ludditas no renegaban de toda tecnología sino de aquella que representaba un daño moral al común; y su violencia no estuvo dirigida contra las máquinas en sí mismas (obvio: no rompían sus propias y bastante complejas maquinarias) sino contra los símbolos de la nueva economía política triunfante (concentración en fábricas, maquinaria imposible de adquirir y administrar por las comunidades)”. La cita, referida a la industria textil inglesa a principios del s. XIX, se podría aplicar a la implantación de plantas transgénicas y sus “paquetes tecnológicos” en la última década del s. XX en Argentina. La versión adocenada del progresismo burgués (o socialista) de los ludditas como cromagnones esconde el verdadero problema: el de si se puede aprender a reconocer tecnologías amigables de otras que no lo son. La falsa oposición tecnología vs. cavernas paga tributo al lavado de cerebro al que el positivismo nos ha sometido, dando por sentado, acríticamente, que la tecnología es una bendición en sí: “Los actuales ludditas verdes sostienen que el problema del monocultivo responde a la mejora tecnológica. Olvidan que [...] el marco cultural de las técnicas transgénicas se llama capitalismo [...]”. Pero la tecnología no es neutra. La tecnología transgénica “calza” con la concentración agraria y sobre todo con la usurpación del protagonismo por parte de los grandes laboratorios mundiales por sobre los agricultores locales.
Luis E. Sabini Fernández