El gobierno de Estados Unidos está realizando pruebas de un programa llamado FAST que pretende detectar en un individuo la predisposición a una futura conducta criminal. Una de las aplicaciones de esta herramienta podría instalarse en los aeropuertos junto a los detectores que controlan a los viajeros. El dispositivo releva, entre otros datos, movimientos corporales, cambios de voz y prosodia (alteraciones en la entonación), movimientos de los ojos, alteraciones de temperatura corporal y de la respiración y situaciones de estrés. Estos datos se combinan con otros como la profesión del sujeto, su edad o sexo para saber si la persona va a cometer un delito en el futuro.