PRIMERA PERSONA
PRIMERA PERSONA
Neblina es una obra asombrosa. Teatro de lo banal,
produce ideas fabulosamente abstractas y profundas. Cuatro chicas dispuestas a todo –a todo– con tal de formar parte de Neblina: proyecto de banda pop, especulación de marketing destinada a enloquecer a las pendejas. No hay diálogos
sobre filosofía compleja ni ética del capital. Sin embargo, a los cinco minutos quedamos atrapados en un laberinto ético y musical: lo existencial es reiluminado por la lámpara de la lógica difusa y la ontología de lo coreográfico. Es para mí una dramaturgia exquisita.