MUSICA › COMIENZA EL FESTIVAL DE LA TRIPLE FRONTERA
Tres ciudades como escenario de la diversidad en la paz
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, el festival se propone ser un encuentro entre artistas de tres países, en Foz do Iguazú, Puerto Iguazú y Ciudad del Este.
Por K. M.
Toda frontera impone sus códigos y reglas propios, como un espacio que burla las divisiones geográficas llamadas “políticas”. Por allí pasan esas líneas de puntos que mostraban los mapas Rivadavia que comprábamos en la escuela, marcando qué hay de un lado y del otro. Yendo del mapa al territorio, la cosa no es tan esquemática, y los puntitos dibujados parecen conformar, más que hitos divisorios, espacios que aglutinan a los pueblos que están en el límite. La zona conocida como Triple Frontera (la confluencia de Argentina, Paraguay y Brasil, entre los ríos Iguazú y Paraná) conforma una cultura particular, que no tiene precisamente buena prensa: desde múltiples contrabandos hasta el ocultamiento de personas secuestradas o de personajes oscuros, las leyendas levantan el dedo acusador sobre esta zona. El Festival Internacional de Cultura Tres Fronteras, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación por segundo año consecutivo, intenta construir en otra dirección: la de los vínculos de unión cultural de la región.
Bajo el slogan “Diversidad en la paz”, el festival reunirá, desde hoy y hasta el domingo 11 de septiembre, a artistas como Jaime Torres, Palo Pandolfo, el titiritero brasileño Miqueias Paz o el padre Julián Zini y expresiones locales como el Coro Toba de Chaco, el ballet del Chamamé o las Veladas Paraguayas, con sedes en las tres ciudades de frontera: Puerto Iguazú, Foz do Iguazú y Ciudad del Este. Y también abrirá espacios de debate y reflexión sobre la problemática de fronteras y la diversidad cultural de la región, con artistas, intelectuales y gestores culturales de los distintos países del Mercosur.
“El objetivo es el Mercosur Cultural, unir culturalmente a los tres países que tienen una frontera común”, anunció el secretario José Nun durante la presentación del festival. “La Triple Frontera goza de una muy mala fama, muy bien ganada, alberga tráficos de bienes y de males generales. No somos ingenuos, un narco puede asistir con placer a un concierto de fol-klore, y eso no lo va a hacer cambiar de profesión, pero la apuesta es por los más jóvenes”, completó. Un dato que acercó el subsecretario José María Paolantonio sirve de anclaje contextual: “En el ’50 las tres ciudades (Puerto Iguazú, Foz de Iguazú y Ciudad del Este) eran iguales. Ahora Foz tiene 350 mil habitantes, Ciudad del Este 280 mil y Puerto Iguazú 40 mil. Foz tiene cinco universidades, Ciudad del Este tres y Puerto Iguazú ninguna. Esto es lo que le da sentido profundo al festival”.
Entre los músicos presentes en la inauguración, Palo Pandolfo se remontó a dos encuentros de rockeros convocados por la Secretaría de Cultura para recibir ideas y opiniones: “Era el post Cromañón, y la única demanda era por lugares para tocar. Me sonaba almacenero, cada uno cuidando su quintita, yo hice un planteo más colectivo. Para mí hay que buscar federalizar la cosa, abrirla al país. Tengo ganas de abrir un boliche que llame a tocar a músicos del interior”, contó. Jaime Torres, un músico con experiencia en la organización del Festival del Tantanakuy, en Jujuy, reconoció la importancia del festival: “Cuando se abre un espacio interesante, hay que saber reconocerlo”, expresó el músico.