Marcela Sali Grace había nacido en Estados Unidos pero vivía en Oaxaca desde el 2006. Tenía “un corazón grande y solidario con las causas justas”. Era activista de los movimientos cuestionadores del poder político de esa ciudad, hacía música punk y bailaba danzas árabes. Estaba por cumplir 21 años. El 14 de septiembre fue abusada, golpeada y asesinada. Su cuerpo apareció varios días después en las afueras de Oaxaca, México. Luego, apareció alguien que se adjudicó el homicidio. Pero las organizaciones sociales y muchos sitio de internet comprometidos en el esclarecimiento del hecho comenzaron a desconfiar de ese presunto culpable y la red se convulsionó. Muchos señalan la muerte de Marcela como un nuevo asesinato dirigido a amedrentar a los movimientos sociales y a observadores internacionales de sitios en tensión. Allí donde se cruzan este tipo de amenazas con las violaciones y abusos contra las mujeres como herramientas de terror, es donde se encuentra hoy el asesinato de Sali Grace. Sus conocidos no pasan por alto el hecho de las manifestaciones de la joven activista poco antes de morir, acerca de que era perseguida políticamente y vigilada. Los silencios en torno del caso tienen que ver, según las fuentes calificadas, con lo perjudicial que sería la publicidad del hecho en una ciudad eminentemente turística y con el silencio usual que rodea a los casos de violencia política hacia las mujeres en algunos países de América.

El blog que une las acciones femeninas contra estos abusos es Erradiquemos la discriminación (http://erradiquemosladiscriminación.blogspot.com ) El 30 de septiembre fue la primera marcha de las organizaciones pidiendo justicia para ella y el fin de la violencia contra las mujeres en México. “He muerto en cada mujer asesinada y he vivido en cada una de las que viven, en cada una de las que luchan” anuncia la poesía con la que invitaron al encuentro y que puede leerse en el post del 29 de septiembre de Angrywhitekid (http://angrywhitekid.blogs.com). La otra acción destacable es la de las ONG que recaban datos sobre el hecho y siguen de cerca el caso. Para comunicarse con otras ong o con grupos de observadores es necesario enviar un mail a [email protected]