La otrora payasita Juana Molina actualiza canción y presenta su nuevo temario, Un día, donde transita todos los estados de la locura bien entendida, mientras se corea, se aplaude, se hace juego de reflejos. No es un festejo; es la declaración tribal de la chica que, con base electrónica, juega al folk en estado hipnótico. Y contagia.

“Un día voy a ser otra distinta / Voy a hacer cosas que no hice jamás”, abre el acta de deseos con el track que da nombre al disco. Lo diferente es hoy, cuando la ¿improvisación? vocal toma forma experimental en un disco que bien podría ser el soundtrack de un Twin Peaks folclórico. Sin gaucho, la Juana/niña saluda desde el arte de tapa y, entre hojas de invierno, pide “Mamá, nunca te vayas”, como en una canción de cuna deformada por el loop que viene, y viene, y una vez más...

Del pop más “accesible” de su primer trabajo, Rara, a la fecha, Molina cimentó picos con sus discos Segundo y Tres cosas (fórmula ya repetida en Son). En Un día, radicaliza el paso con la misma impronta y esa voz llana, despojada, metamorfoseada en balbuceos y sonoridades. Con temas (¡anti pop!) de más de siete minutos, Juana ya no ladra (ver “El perro”, en Segundo), murmura. Como ella misma ha tarareado antes: “El tiempo ha terminado... Mirá lo que quedó”.

¿Entonces? Quedó el trance, la introspección, lo marciano (porque otro pop sí es posible)... Para el resto ¡inventa tu propia aventura!

Viernes 12 de diciembre a las 21.
Teatro ND Ateneo, Paraguay 918.