Viernes, 3 de enero de 2014 | Hoy
ALBúMINA
Por Guadalupe Treibel
Harto conocida por su sobreactuada provocación, Diesel –la empresita tana de jeans– suele despachar sus productos con slogans del tipo “Sé estúpido” o “Sólo para valientes”. Con todo, su –supuesta– última campaña dejó al mundo patidifuso cuando vio la luz el año pasado: “Abortos para una vida exitosa”, decía el remate de una seguidilla de imágenes fashion de fina estampa donde, en lugar de vaqueros, la estrella de la ecuación era el misoprostol, ofrecido por diosas doradas a guapas obreritas, ciudadanas ellas de un universo imaginario llamado Misopolis. Los remates, a la orden del día: “Inmaculada contracepción”, “Deciles adiós a las perchas” o “Píldora abortiva, un regalo de dios”. ¿Habemus conciencia de género de una firma mainstream? Pues no, claro que no habemus.
Y es que, jugando con la estética de la firma, la campaña es obra y gracia de Women on Waves (WoW), organización holandesa sin fines de lucro, ducha en trabajar por los derechos de las mujeres; en especial, dos: la prevención de embarazos no deseados y de abortos inseguros. Con ayuda del dúo de activistas satíricos The Yes Men, otra misión se sumó a la intentona: denunciar los salarios injustos y las condiciones insalubres y francamente peligrosas que violentan a las damas que hacen labores en fábricas.
“Aproximadamente 30 millones de personas hacen ropa y productos textiles en el mundo. Entre el 75 y el 90 por ciento son mujeres, empleadas en un contexto de alta explotación, obligadas a trabajar en perniciosas situaciones que amenazan su salud física y violan los derechos del trabajador”, explica el acta de principios de Diesel for Women (tal es el nombre de la campaña). Y luego agrega: “La mayoría vive en países donde el aborto es ilegal, como ser Sri Lanka, Bangladesh, Indonesia, Mongolia, Madagascar, Tailandia, etc. Alrededor de 21,6 mujeres tienen un aborto inseguro globalmente cada año, resultando en 47 mil muertes, en general de chicas pobres, solteras y jóvenes”.
Enhorabuena, entonces, la publicidad. Publicidad que, por cierto, no cayó bien entre las filas de Diesel (la empresa original) que, ni lenta ni perezosa, dejó la transgresión para las costuras y corrió a despegarse de la iniciativa, dando los pasos correspondientes para iniciar acciones legales. Avalada, sin embargo, por el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, WoW continuó la sana operación de difusión que, originalidad mediante, sigue dando que hablar desde 2012.
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