Creo que en la Argentina las mujeres hoy tienen mas conciencia sobre la importancia del uso del preservativo. En cambio, muchos varones se escudan atrás del “A mí no me va a pasar” o “Cuando me lo coloco pierdo la erección”. Por eso, es un paso importante, además de estar bien informados en cuanto a que el profiláctico no sólo evita embarazos no deseados sino también el contagio de cualquier infección de transmisión sexual (ITS), aprender a erotizar el preservativo de modo que sea tomado como un juguete sexual para divertirse en la pareja y darle más placer a la mujer y al varón también.

Hoy todavía no todos los jóvenes se previenen de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. En Buenos Aires, por ejemplo, sólo el 55 por ciento de los adolescentes que se iniciaron sexualmente antes de cumplir los 13 años se cuidó. Entre los 14 y los 15 años, la proporción aumentó al 65 por ciento; entre los 16 y los 17, alcanzó el 75; y los mayores de 18, se cuidaron en un 80 por ciento, según un estudio coordinado por investigadores del Centro de Estudios de Población (Cenep), Hernán Manzelli y Alejandra Pantelides.

Otra investigación realizada en España (Universidad de Vigo), en noviembre 2003, sobre 315 adolescentes (55,6 % chicos y 44,6% chicas), de 18 a 27 años, activos sexualmente, tuvo como objetivo identificar qué creencias sobre el preservativo masculino influyen en su uso. Los resultados ponen de manifiesto que el 48,1% de los estudiantes utilizan preservativo masculino de forma sistemática, los chicos con más frecuencia que las chicas. Para ellos los factores más positivos en el uso del preservativo masculino son la doble función contraceptiva y preventiva del preservativo masculino, la sensación de seguridad al usarlo y no sentirse violentos al comprarlo.