FúTBOL › RIVER GANO Y SE MANTIENE A DOS PUNTOS DE INDEPENDIENTE
No, no te vayas, campeón
River tiene dos caras. Cuando ataca es un equipo temible, que puede desequilibrar en cualquier momento. Pero a la hora de defender sufre cada vez que lo agreden con insistencia. Eso se vio claramente ante Unión, al que le ganó sufriendo en la primera mitad y con facilidad en el complemento. Cavenaghi hizo dos goles y el Bichi Fuertes ninguno. Pellegrini se la agarró con el árbitro Ruscio.
Por Ariel Greco
River sacó adelante un partido que se le había complicado. A partir de la jerarquía de sus individualidades, el equipo de Manuel Pellegrini remontó un resultado y el desarrollo adverso para terminar ganando 4-2 a Unión de manera justa. Con este triunfo se mantiene segundo a dos puntos del líder Independiente cuando restan siete fechas para el final del Apertura. A lo largo de la tarde, River dejó en claro que tiene dos caras bien distintas. Cuando ataca es un equipo temible, que puede desequilibrar en cualquier momento. Por el contrario, a la hora de defender sufre cada vez que lo agreden con insistencia.
El arranque fue sorpresivo. River salió muy parado, tal vez paralizado por el insoportable calor. En cambio, Unión intentó presionar arriba y utilizar la tenencia de la pelota como mejor arma defensiva. Con el manejo de Capria y la colaboración de Norberto Fernández, los santafesinos pasaron sin sobresaltos esos primeros minutos. Incluso las llegadas más claras pertenecieron a los visitantes, en especial una entrada de Torres por la derecha que rozó el travesaño, luego de una habilitación precisa de Capria. Pero por más que en ese pasaje era superado, River siempre insinuaba que, en cuanto sus figuras se encontraran, podía desbordar sin problemas a la defensa rival. Y así ocurrió a los 13 minutos, cuando combinaron D’Alessandro con Domínguez, y el ex Quilmes habilitó a Fuertes. Era gol seguro, pero el delantero elevó su remate desde el área chica y lo estrelló en el travesaño.
Pese a esa jugada, River no levantó su producción. Todo lo contrario. Necesitó que Unión se pusiera en ventaja para que aparecieran sus individualidades. El cabezazo bombeado de Torres por arriba de Comizzo actuó como despertador. Con el 0-1, D’Alessandro se hizo cargo de la conducción del equipo y Domínguez apareció con su habilidad para complicar a los defensores visitantes. Además clavó un derechazo bárbaro en un tiro libre que le dio tranquilidad a un equipo que la estaba necesitando. Ya con el empate, el equipo de Pellegrini mostró algo más de fútbol y contó con varias chances para ponerse en ventaja.
El segundo tiempo pintaba para que todo fuera de River. Ya había recuperado el control del juego y enseguida comenzó a generar situaciones de riesgo. Sin embargo, Unión no se intimidó. Con menos atrevimiento que en la primera etapa parte, pero con la misma decisión, el conjunto de Kudelka replicó con peligro y motivó dos muy buenas intervenciones de Comizzo. Así, la sensación era que el empate no iba durar mucho. Claro que el partido se decantó para el equipo con mejor material. Unión, que realizó un gran despliegue para jugar de igual a igual durante muchos pasajes, sintió el desgaste y lo pagó muy caro. Por el contrario, River mandó a la cancha a Cavenaghi. Con los defensores rivales cansados, el goleador de River demostró toda su jerarquía para liquidar el juego y reclamar a gritos un lugar entre los titulares.
River sumó un nuevo triunfo. Sufrió un rato, se recuperó a tiempo y le alcanzó con sus figuras para justificar la victoria. Habrá que ver si estas armas le bastan para alcanzar a un Independiente que ya se cree campeón.