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Por Adrian De Benedictis

Argentina estuvo muy cerca de superar su mejor actuación en los mundiales de vóleibol, luego del tercer puesto logrado en 1982. El sexto lugar alcanzado en Brasil ‘90 pudo haberse superado ayer en el estadio Luna Park, pero el seleccionado italiano no permitió que la fiesta fuera completa. El 3-2 final para Italia refleja la gran paridad que tuvo este partido, en donde los europeos revirtieron la derrota ante el mismo rival en la segunda ronda. Argentina cerró un certamen mezclado entre las potencias, con dos derrotas en nueve presentaciones. Pero el nuevo enfrentamiento ante los italianos tenía un significado más amplio para Argentina, el del futuro...
En primer lugar, y más allá de la disputa por el quinto lugar del Mundial, la finalización de un ciclo estaba latente en la cabeza de todos los jugadores. Javier Weber se despidió ayer de la actividad y ahora buscará transmitir toda su experiencia desde la función de entrenador en la liga brasileña. El que también dejó la camiseta nacional fue el legendario Hugo Conte. A los 39 años, este jugador dio una clara demostración de esfuerzo y profesionalismo para los más jóvenes, alejándose en el máximo nivel.
A ellos dos también podrían sumarse Jorge Elgueta, que a pesar del pedido del público para que continúe en el plantel, ya tiene muy claro que prefiere dar un paso al costado. El receptor-punta continuará su carrera en Europa. Y la máxima estrella del equipo, el capitán Marcos Milinkovic, desea tomarse un descanso en el 2003, para luego regresar un año más tarde, con los Juegos Olímpicos de Atenas como principal objetivo. De todo esto se descuenta que Argentina sufrirá un recambio de figuras. En cuanto a los que vienen atrás, como Darraidou, Giani, Porporatto, Sholtis y Peralta, entre otros, ya han dado pruebas de personalidad y determinación para los grandes desafíos. Al mismo tiempo, el cargo de entrenador también podría cambiar de nombre, aunque ayer Carlos Getzelevich dejó abierta la posibilidad de seguir en su puesto. “Argentina 2002” seguramente servirá para la confirmación y la consolidación de los próximos componentes de una Selección que se ganó un lugar en la elite.
La nueva etapa de Argentina comenzó a dar ayer sus primeros pasos. En el encuentro ante Italia, la figura de Darraidou fue determinante para ganar el cuarto parcial, y así estirar la definición a un quinto set. El opuesto casi hizo olvidar nada menos que a Milinkovic con sus apariciones por los extremos del ataque, y también desde la posición de zaguero. Encima, el joven de 21 años posee un saque temible, con el que complicó siempre a los receptores italianos. El que también volvió a aportar su cuota fue Porporatto, reemplazando a otro de mucha presencia como Conte.
Argentina se complicó sola en el final del primer set, pero pudo ganarlo por 29-27. A partir de ahí, Italia demostró algo de la jerarquía que lo llevó a convertirse en tricampeón mundial hasta ayer, y de esa manera se puso al frente por 2-1 después de vencer por 25-17 y 25-22 el segundo y tercer sets. Argentina pudo reaccionar en el cuarto para ganarlo por 25-22, pero en el decisivo le faltó regularidad, sobre todo en el saque, y no pudo llegar (cayó por 24-22) al quinto puesto. La nueva etapa ya comenzó, y los primeros pasos son positivos.