RIVER JUGO MAL Y SOLO EMPATO CUANDO QUILMES QUEDO CON TRES MENOS
El empate más raro del año
Fue un partido rarísimo. Quilmes sacó ventaja de 2-0 con goles quinieleros –uno por efecto raro, otro en contra de Virviescas– y así aguantó una hora larga ante un River sin ideas, firmeza y actitud. En el segundo descontó Cavenaghi y, faltando algo más de un cuarto de hora, Quilmes se quedó con tres menos. Chori Domínguez hizo el empate final.
Por Adrián De Benedictis
River presentó su otra cara. Muy lejos de los lujos y más cerca del decaimiento, el actual campeón exhibió su peor imagen ayer ante Quilmes, y apenas pudo llegar al empate con más lucha que fútbol. El equipo conducido por Manuel Pellegrini dejó una sensación de agotamiento, desgano y falta de respuestas anímicas. Si bien la reacción se vio, en parte, en el segundo tiempo, debió soportar su propia falta de inteligencia para superar a uno de los recién ascendidos. Por ello, la gran victoria ante Independiente, por la Copa Sudamericana, no sirvió como comienzo de recuperación en una temporada que no se presenta para nada sencilla.
Además, las circunstancias en las que River logró la igualdad fueron con su rival disminuido luego de las tres expulsiones –dos parecieron excesivas– que decidió el árbitro Rafael Furchi. En ese marco, con ocho hombres, Quilmes pudo defender una igualdad que pareció heroica.
Desde el principio se pudo comprobar la pasividad con la que River salió a jugar el encuentro. Solamente habían pasado 38 segundos cuando los del Sur se pusieron en ventaja. Benítez envió un centro desde la derecha, la pelota picó entre los defensores, y le quedó a Herbella para definir ante Costanzo. El arquero llegó a tocarla, luego dio en el palo, y por el efecto que llevaba ingresó en el arco después de picar en el área chica. El autor del tanto dejó la cancha a los 13 minutos, precisamente por el golpe contra el palo en aquella jugada.
El conjunto local intentó presionar después de ese gol, pero sus avances no tenían profundidad. El reflejo más claro fue que recién a los 38 minutos de juego probó por primera vez al arco, con un remate de Ludueña que se fue por arriba. En ese tiempo, River mostró imprecisión, desgano y –por sobre todo– falta de espíritu para responder en la adversidad. Para colmo, Virviescas convirtió en su propio arco a los 32 minutos, al intentar rechazar un centro de López. El defensor también se vio sorprendido por la mala salida de Costanzo.
Después de todo eso, que incluyó la lesión de Luis González y su reemplazo por Domínguez, el público reaccionaba con silbidos ante las equivocaciones de sus jugadores. Pero lo más fuerte se pudo escuchar cuando se retiraban al vestuario en el entretiempo: la tribuna popular le pidió “más huevo” a los jugadores locales.
En la segunda parte, River buscó con más decisión y asedió a Quilmes desde el comienzo. Igualmente, el local tuvo que esperar el error de su rival para descontar: Braña perdió la pelota cuando intentaba salir en la puerta del área, y Cavenaghi remató de media vuelta al primer palo de Pontiroli. A los 39 minutos, el ex Quilmes Domínguez marcó el resultado final con un fuerte derechazo, después de un desborde de Ferreyra por la izquierda.
A pesar de la diferencia numérica, River no tuvo ideas para quedarse con los tres puntos, y así no sufrir tanto el alejamiento de Boca.