Domingo, 28 de diciembre de 2014 | Hoy
SALí
Por Sandra Martinez
Entre los restaurantes a puertas cerradas, cada uno tiene su estilo. Están los que, a pesar de estar instalados en una casa, tienen el mismo espíritu que un local a la calle. Pero también están esos donde el anfitrión comparte detalles íntimos de su vida cotidiana. De estos últimos es la Casa Parador Todos los Santos, donde Frida Perel cocina para su familia y un número cada vez más amplio de comensales.
Ari, el marido de Frida, recibe con calidez en un pequeño jardín delantero de vegetación algo salvaje, donde está su nuevo orgullo, un estanque lleno de coloridos peces. Se puede elegir mesa entre los distintos ambientes de la casa, como el patio techado o el gran comedor presidido por un piano que da cuenta del legado artístico de la familia. Pero, en verano, la mayoría prefiere continuar hasta la galería abierta y el amplio jardín, con sus mesitas cubiertas por aguayos en juego con las festivas luces de colores.
El menú varía según el día y el horario. Los mediodías de domingo se enciende la parrilla ($ 180 por persona). Por la noche, el menú es más elaborado y comenzará con una picada de aires orientales que incluye hummus, berenjenas ahumadas, aceitunas especiadas y panes caseros. Luego se puede elegir entre una cantidad de opciones que sorprende en un restaurante a puertas cerradas. La lista incluye costillas de cerdo agridulce, pollo crocante estilo TexMex o hamburguesa vegetariana. La elaboración casera hace que el plato principal demore un poco, pero vale relajarse y disfrutar del jardín entre las hortensias en flor y los vegetales de la huerta orgánica. Las noches de los viernes y sábados, se suma música en vivo. El menú se completa con un postre, como panqueques con dulce de leche o brownie con helado ($ 180 los jueves, $ 200 los viernes y sábados, sin bebida).
Hoy, Frida Perel recibe los fines de semana casi la misma cantidad de cubiertos que un pequeño restaurante. Pero aun así su casa no perdió en el camino su autenticidad e intimidad hogareña.
Casa Parador Todos los Santos queda en Villa Urquiza. Teléfono: 4571-3416 o 15-5400-1349. Horario: jueves y viernes a las 21.30, domingos a las 12.30. Sólo efectivo. www.cookapp.com
Las mesas en la vereda pueden ser un paraíso o un infierno. ¿Quién puede disfrutar de una comida con un ejército de transeúntes pasando a escasos centímetros o el ruido de los colectivos ensordeciendo la charla? Raíces, en cambio, gana un espacio propio al aire libre gracias a su privilegiada ubicación, en el tranquilo barrio de Saavedra. En la ochava de lo que fuera un almacén de campo construido en 1912, se despliegan unas pocas mesas que se cuentan entre las más pedidas por los clientes. Un entorno ideal para aprovechar los días de clima más fresco y desayunar un café con leche (desde $ 16) con tostadas de pan casero con mermelada, queso y dulce de leche ($ 30) o merendar un mate ($ 16) con medialunas de manteca o grasa calentitas ($ 7 cada una).
Fernanda Tabarez comanda la cocina abierta al salón. Después de especializarse en gastronomía étnica, el deseo la trajo de vuelta a los sabores más porteños, que reinventa con el toque especial de los ingredientes y técnicas que fue descubriendo con la experiencia. Así, en su menú podemos encontrar distintas variantes de la clásica milanesa, de carne vacuna, pollo o berenjena (desde $ 86) o unos ñoquis de sémola soufflé gratinados con polvo de tomate, parmesano y queso azul ($ 84).
Al atardecer, la vereda invita a relajarse con una cerveza o copa de vino en mano. Una buena idea es armar un tapeo, aprovechando las deliciosas entradas, todas muy abundantes. Imperdible la versión del revuelto gramajo de Tabarez ($ 69), la provoleta marinada con hongos, variedad de tomates y rúcula ($ 106), el mini pan de campo relleno con mollejas con verdeo y queso ($ 96) y las papas Raíces ($ 69). Para el final, los duraznos grillados con frutillas, menta, avellanas y helados son pura perfección ($ 40), aunque los más golosos tendrán su respuesta en la torta con tres texturas de chocolate ($ 54).
Cinco años de historia sirvieron para encontrar el punto exacto entre el gusto popular y el toque gourmet, que se suma a una muy buena relación precio-calidad, para demostrar que las Raíces son el secreto del equilibrio.
Raíces queda en Crisólogo Larralde 3995. Teléfono: 4541-4927. Horario de atención: lunes a sábado de 9 al cierre. Domingo 9.30 a 16.
Delón está conquistando Villa Devoto con dos caballitos de batalla: su propuesta de boulangerie y su increíble terraza con una vista privilegiada a la gran plaza que, aunque oficialmente se llama Aristóbulo del Valle, todos conocen con el mismo nombre del barrio.
Al ingresar al pequeño local, llaman la atención las estanterías con tentadores panes: recchesa clásica, multicereal estilo alemán, foccacia de pesto, zeppelín de maíz y ahora, en época de festividades, el infaltable pan dulce, se suman a una pastelería de influencia americana, con muffins, cookies y varios tipos de cheesecakes. Pero vale la pena continuar hacia el fondo en busca de la escalera que nos conduce a cielo abierto. No es un detalle menor que allí arriba cuenten con barra y cafetería propia, evitando uno de los grandes problemas de los bares con terraza: el servicio lento y la atención descuidada.
El fuerte de Delón está en la panadería y pastelería, pero cubre con efectividad todos los horarios, desde los infaltables combos para el desayuno y la merienda (desde $ 45) hasta algunos platos sencillos para el almuerzo y la cena, como el omelette con jamón, queso, tomates secos y espinacas ($ 69), las salchichas alemanas grilladas con mostaza a la miel, carrot slaw y papas campesinas ($ 75) o la hamburguesa Delón, con cebollas caramelizadas, tomates confitados, queso brie, acompañada con papas ($ 95). Para beber, la limonada ($ 30) es una buena elección.
Pero, en la terraza, la hora mágica es el atardecer. La luz cálida se cuela entre las hojas de los plátanos, en las mesas comienzan a encenderse las velas y el happy hour se vuelve protagonista. De lunes a viernes entre las 16 y las 20 ofrecen un dos por uno en los tragos de su carta, que incluye infaltables como Campari con naranja, Mojito, Cuba Libre (desde $ 60), más una “caipi fest” con cuatro variantes frutales del clásico brasileño (desde $ 79). Con la compañía imprescindible de los ricos snacks caseros, como aros de cebolla, papas rústicas y nachos con salsas ($ 55), es imposible no sentirse un poco de vacaciones.
Delón queda en Chivilcoy 3896. Teléfono: 4504-1625. Horario de atención: domingos a jueves de 7 a 20, viernes y sábados de 7 a 24.
Fotos: Pablo Mehanna
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