Dos de sus grandes proyectos quedaron truncos: Sabino y Bairoletto. El que sí pudo concretar, luego de muchos años, fue la serie sobre el Proyecto Patagonia. Un viejo sueño del ’83. Cuatro años después pudo armar un primer plan que contenía 12 programas de una hora cada uno a realizarse durante 18 meses, que abarcaría 1.620.000 kilómetros cuadrados de la región. La post-producción llevaría otro año más. Prelorán tenía en mente esas series educativas para las escuelas primarias, colegios secundarios y universidades. De todo ese proyecto (que incluye dibujos, animación, gráficos, entrevistas a científicos y el mismo Prelorán como guía en cámara de lo que muestran las imágenes, rodado entre 1988 y 1990), finalmente se completó en una miniserie de siete capítulos de una hora cada una, para televisión, con el título de Patagonia en busca de su remoto pasado (1992).

“Es mi canto del cisne. No voy a hacer más documentales”, dijo después. “Me llevó un décimo de mi vida hacer esta serie. Es una especie de enciclopedia, algo así como Todo lo que usted quería saber de la Patagonia y nunca se atrevió a preguntar. Ahora el asunto es: ¿quién se traga siete horas?”