Domingo, 16 de septiembre de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › UNA PLACA PARA LOS DESAPARECIDOS DEL SUPERIOR
La iniciativa del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior
de Comercio, va más allá de la placa recordatoria y propone
ponerle el nombre de esos compañeros, uno para cada aula.
Por Sonia Tessa
Desde mañana, al ingresar en la Escuela Superior de Comercio, la referencia será insoslayable: una enorme placa recordará a los 20 alumnos de esa escuela que están desaparecidos. La iniciativa del Centro de Estudiantes no se agota allí, sino que también bautizarán a las aulas con esos nombres. "Siempre hacemos actos para rescatar la memoria. Este proyecto, que se llama Aula Superior, surgió porque queríamos ponerle el nombre de los desaparecidos a cada aula, el lugar donde se da el verdadero acto recíproco de enseñar y aprender", argumentó la secretaria general del Centro, Ana Clara, que cursa el primer año del Polimodal. El acto será mañana, a las 12.30, en el hall, con la presencia -entre otros- de las Madres de la Plaza 25 de mayo. Será parte de los actos de conmemoración de La Noche de los Lápices, uno de los episodios más emblemáticos del Terrorismo de Estado.
No es el primer homenaje que los estudiantes de esta escuela hacen a sus compañeros desaparecidos. El primero fue en 1994, cuando también descubrieron una placa, que hoy está arrumbada en el patio. Aquel fue el primero en más de un sentido, porque sólo años después estos reconocimientos se multiplicaron por todo el país. Para los que participaron de aquel emotivo acto, hace 13 años, será difícil olvidarlo. El recuerdo retumbará con las tonalidades de la bella voz de Alejandra Manzur -hija de Oscar, uno de los ex alumnos de la escuela que está desaparecido- cantando "si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia".
Los nombres de Analía Minetti, Eduardo Pérez, Marcelo Acoroni, Orlando Finsterwald, Alberto Pisani, Horacio Ferraza, Eduardo Laus, Mirian Moro, Cristina Constanzo, Roberto de Vicenzo, Oscar Manzur, Carlos Blassetti, Ana María Gurmendi, Graciela Koatz, Rubén Aizcorbe, Héctor Rimada, Adriana Angel, Ricardo Mazza, Hugo Mattion y Raúl Bustos quedarán para siempre en el hall, como prueba de los versos de León Gieco que dicen "la memoria estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y que no la dejan ser libre como el viento".
Para los estudiantes de este siglo, el homenaje tiene un sentido "más sentimental". Ana Clara lo expresó: "Desde mi punto de vista, me siento orgullosa de esta escuela, de pisar donde pisaron 20 personas que dieron su vida por una sociedad más justa". El sentido del recuerdo está tamizado por su experiencia concreta. "Si no fuera por eso, no podría ir vestida como quiero a la escuela, no podría decir lo que quiero. Y eso es para mí muy importante, la libertad de opinión. Siento que les debo algo", afirmó. La lucha de aquellos adolescentes y jóvenes la interpela. "Que hayan arriesgado su vida, hayan dejado a su familia, a la persona que querían, a sus amigos, para un fin que ni siquiera era para ellos... Creemos que ellos sí pensaron en el futuro", manifestó.
La iniciativa de los estudiantes se completa con el bautismo de cada aula con el nombre de un desaparecido. "Nos dijimos: tenemos 20 desaparecidos, vamos a recordarlos. Pero sobraban siete aulas, así que hicimos una asamblea para elegir personajes que hayan marcado un antes y un después en la historia cultural de la ciudad", relató Ana Clara sobre el proceso de decisión de los otros nombres. Finalmente, habrá aulas para Roberto Fontanarrosa, Rubén Naranjo Gabriel Remondino, que fue el primer presidente del Centro de Estudiantes del Superior de Comercio, en 1916, hace 91 años.
El proyecto Aula Superior no fue el único que impulsaron este año desde el Centro de Estudiantes. Un ciclo de cine, donde se proyectan películas votadas por sus propios alumnos, así como un concurso literario de poesías y cuentos, en los que los docentes de lengua y literatura son los jurados, son algunas de sus iniciativas. También realizan todos los años las jornadas deportivas. "También le mandamos una carta a Servicios Públicos para pedir el semáforo de Mendoza y Balcarce, que inauguró el intendente (Miguel Lifschitz). Ese fue uno de los logros más importantes de este año, porque ya se habían accidentado dos chicos", puntualizó Ana Clara. Ahora, están interesando a los Bomberos Zapadores sobre la falta de matafuegos en la escuela.
Y en esto de recuperar la memoria, los integrantes del Centro de Estudiantes comenzaron a editar un boletín mensual, al que le pusieron el nombre horizonte, una recuperación del que llevó la primera revista de la organización de los alumnos, en 1917.
Para el acto de mañana, además de los discursos de rigor, tienen previsto presentar una obra de teatro dirigida por el docente Alejandro Pérez Leiva.
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