Domingo, 23 de abril de 2006 | Hoy
Por Jorge Daniel Pedraza*
Leyendo atentamente la resolución del juez Jorge Patrizi del 19 de abril de 2006 en la causa inundaciones se pueden sacar algunas conclusiones. Esta "declaración de inocencia", más propia de un juicio mere declarativo que de un proceso penal, verdaderamente no parecería estar a la altura del nivel académico del magistrado, ya que se puede interpretar indebidamente, y más allá de su voluntad, que es una maniobra para limpiar la imagen del hombre que luce como "imprescindible" para que el gobierno no pase a manos opositoras el año que viene.
1) Hubo procesamientos. Esto significa que en este juicio de probabilidad, prima facie la Justicia entiende que hubo delitos, culposos pero delitos al fin, en el accionar de miembros de los gobiernos provincial y municipal en el 2003. De no haberse cometido estas negligencias muy probablemente el resultado trágico en pérdida de vidas y bienes hubiera sido mucho menor.
2) A su vez, llama la atención que no se acepte al menos como hipótesis lógica, dentro de este marco de "probabilidad", que el gobernador de entonces hubiese sido advertido, directa o indirectamente, por el ex director de Hidráulica, ingeniero Ricardo Fratti, varias horas antes, de la extraordinaria dimensión que tendría la inundación en el casco urbano de la ciudad, como sí se acepta fueron advertidos el ex ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli y el ex intendente de Santa Fe, Marcelo Alvarez. De no ser cierto esto, como lo entiende el doctor Patrizi, sería un reconocimiento judicial implícito de conductas autistas y que en verdad podría estar incapacitado para gobernar lo cual podría provocar, ironía mediante, un "conflicto de poderes", atento a que fueron públicas y notorias sus conductas voluntaristas tales como ir, en medio de la crisis, lejos del comando centralizado, a colocar bolsas a la populosa zona del hospital de Niños sin escuchar las advertencias que venían del ingeniero hidráulico, y lo que es peor, dando señal al pueblo que los barrios se podían defender, que no había que abandonarlos.
3) Menos se entiende aún por qué el juez introduce en la parte resolutoria el punto quinto declarando "inocente" a Reutemann siendo que en la misma sólo debía resolver la situación de los indagados, procesándolos (art. 325 CPP) o dictándoles el falta de mérito (art. 327 CPP), siendo que: a) El fiscal no lo había acusado de nada. b) El juez no lo había citado a indagatoria, pudiéndolo hacer sin desafuero previo por la vigencia desde el año 2000 de la ley nacional de fueros Nº 25.320.
4) Por ello esta "declaración de inocencia", más propia de un juicio mere declarativo que de un proceso penal, verdaderamente no parecería estar a la altura del nivel académico del juez Patrizi, ya que se puede interpretar indebidamente y más allá de su voluntad que es una maniobra para limpiar la imagen del hombre que luce como "imprescindible" para que el gobierno no pase a manos opositoras el año que viene. Resulta imperioso entonces que, ante la imposibilidad legal de poder apelar por parte del actor civil, sí lo haga el fiscal, que detenta la pretensión punitiva del Estado, a efectos de que la alzada pueda ordenar someter a proceso al ex gobernador.
* Abogado querellante en la causa que investiga el terrorismo de Estado en Santa Fe
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