Fuentes del gobierno porteño informaron que en los próximos días se cerrará, por orden judicial, el centro de evacuados del Parque Roca, donde permanecían unas 220 familias desde el 8 de febrero del año pasado, cuando se incendió el asentamiento de Villa Soldati.

La decisión judicial,que estuvo a cargo del magistrado Roberto Gallardo, obliga a las autoridades porteñas a entregar a los evacuados "el subsidio previsto para las personas que así lo requieran".

La orden insta a los desalojados a "retirarse de inmediato del centro de evacuados, informando el nuevo domicilio, sin que ello implique renuncia del derecho a la vivienda definitiva".

En ese marco, el Ministerio de Desarrollo Social porteño adelantó que en los próximos días estará a disposición de las 220 familias, que están en el centro, subsidios por un valor de 25.000 pesos. Además, esta ayuda irá acompañada de 500 pesos extras a familias que superen los cinco integrantes.

Por otra parte, la fuente señaló que estos subsidios no serán entregados a cerca de 60 familias que se instalaron en los últimos meses en el centro de evacuados y que no eran habitantes de la Villa El Cartón.

El centro del Parque Roca fue el lugar elegido por las autoridades porteñas para alojar a las personas que vivían en el asentamiento de Villa Soldati hasta tanto el Instituto de la Vivienda de la Ciudad construyera viviendas definitivas.

El año pasado, la Defensoría del Pueblo porteño emitió una resolución en la que advertía que "los distintos relevamientos efectuados en los módulos transitorios del Parque Roca han puesto al descubierto las falencias que soportan estas familias en el predio al que fueron trasladadas, las que resultan graves".

"Pudo observarse que estas personas sólo recibieron los módulos apenas terminados, sin las comodidades e infraestructura mínima para hacer de ese lugar un espacio digno y habitable", indicaba el informe.

Añadía que "se ha podido ver que adultos y niños comparten los pocos colchones existentes entre las familias. La cocina se reduce a un brasero con carbón y en otros casos, a una garrafa adquirida por ellos mismos, que una vez consumida se les dificulta su reposición, en la medida que no tengan el dinero para ello".

"Las casillas se presentan como extremadamente frías, pues el material con el que fueron construidas no resulta aislante del frío y de la lluvia, lo que afecta sobre todo a la salud de sus residentes y en especial a los más vulnerables, los niños", sostenía.

Por último, señalaba que "la instalación eléctrica es también deficitaria" y "los baños desbordan por su sistema disfuncional de desagote, por lo que algunos de los vecinos cierran la llave de paso para evitar la permanente inundación".