El canciller Taiana detalló que la trata de personas "es un delito de carácter global, que afecta a millones de personas" y que "constituye la tercera actividad ilícita más lucrativa, luego de la venta ilegal de armas y de drogas". "Se estima que el número total de las personas víctimas oscila anualmente entre 800 mil y más de 2 millones de personas", y apuntó además que "los informes de organismos internacionales revelan que las mujeres y los menores conforman aproximadamente el 80 por ciento".

En ese punto, consideró que "la elevada incidencia de las mujeres nos muestra la ineludible necesidad de contar con una clara perspectiva de género en la lucha contra este flagelo". "La trata de personas afecta principalmente a los grupos más vulnerables y tiene un impacto devastador en las víctimas individuales, privando a las mismas del goce de sus derechos y libertades fundamentales", dijo Taiana. Por ello, convocó a los Estados a adoptar "acciones que se sustenten en un amplio enfoque de derechos humanos".

En cuanto a la política a implementar, aclaró que esta problemática mundial "no puede encontrar soluciones en esfuerzos nacionales aislados", y por ello recalcó que "se requiere de una cooperación internacional amplia y de carácter multidisciplinaria entre todos los países".

Explicó, sin embargo, que "todo cambio sustancial, real y creíble en la lucha contra la trata requiere de algo más que voluntad política". Llamó a los Estados miembros a "fortalecer las acciones de persecución, judicialización y sanción del delito", y en ese punto mostró como ejemplo los avances de la Argentina en cuanto a la aprobación de la Ley 26.364, el año pasado, que fija penas para la actividad delictiva.

Por su parte, el ministro Fernández enfatizó que la problemática de la trata de personas "es un tema que la región no puede ni debe ignorar". Consideró que "el abordaje de este tema necesita un enfoque integral y multidisciplinario que nos permita trabajar no sólo en la persecución del tratante sino en la prevención y naturalmente en la protección y asistencia de las víctimas".

A propósito de ello, valoró las iniciativas tendientes a "desalentar la demanda", y en ese punto exhortó a prestarle atención al cliente, como actor al que usualmente no se incluye en el análisis del problema. Sin el cliente "no habría trata, ni prostitución. El cliente es el que promueve la demanda", dijo Fernández, por lo que exhortó a que "desalentar la demanda tiene que significar desenmascarar al cliente".

El ministro reiteró la necesidad de fomentar "un plan de acción regional sobre la trata", porque "las víctimas no tienen bandera, los reclutadores no tienen bandera, pero esta mugre, los clientes, tampoco tienen bandera".

Propuso que la OEA establezca "alianzas estratégicas" con otros organismos y agencias de cooperación internacional, y además que el tema se mantenga como "transversal y permanente" dentro de la agenda.

Finalmente, el secretario General Adjunto de la OEA, Albert Ramdim, valoró la decisión de "darle continuación al compromiso" asumido por los países durante el encuentro en la isla venezolana Margarita, en 2006, los cuales "se pronunciaron en contra de la trata de personas". "Es una violación de los derechos humanos manifestada bajo distintas formas de explotación de víctimas en trabajo forzado, turismo sexual, servicio doméstico, conflictos armados, adopciones ilegales, y tráfico ilegal de órganos", enumeró.

El seminario, que se inició esta mañana en el Hotel Panamericano, del centro porteño, continuará hasta el viernes con la presencia de expertos nacionales y regionales.