La condena a la represión en Siria surgió de uno de los primeros borradores de resolución de la declaración final de la cumbre, pero el tema de la "primavera árabe" atravesará la reunión de los líderes de los países más industrializados. La Unión Europea aumentó las sanciones contra el régimen esta semana, con una prohibición de viaje al presidente y una congelación de sus activos.

También se espera que el G8 demanda el fin "inmediato" de los ataques por el líder libio Muammar al Khadafi contra civiles y exprese su apoyo a una solución política al conflicto. "Estamos comprometidos en apoyar una solución política que refleje la voluntad del pueblo libio", afirma el borrador. El G8 también se opone a cualquier plan que contemple la división de Libia. "Debe irse", añade sobre Khadafi.

De todas maneras, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, que se reunió con el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo anteriormente que Rusia no apoyaría una resolución contra Siria si se parecía a la aprobada contra Libia, con la consiguiente intervención militar. "El G8 no debe transformarse en un órgano que proponga medidas de presión y sanciones", indicó Medvedev.

Por otra parte, la canciller alemana, Angela Merkel, prometió "ayudas concretas" a los países del mundo árabe que están realizando reformas democráticas. En una conferencia de prensa ofrecida en Berlín poco antes de volar al balneario francés, Merkel recalcó que esos países necesitan "ayuda del exterior". En ese sentido, adelantó que se tratará de acordar con las instituciones financieras un "importante paquete de medidas" de apoyo a esos Estados.

Además, Merkel aseguró que Alemania, primera potencia económica europea, aumentará la cooperación tanto a nivel laboral como educativo con países como Egipto y Túnez. Según dijo, es preciso hacer todos los esfuerzos para que los avances políticos que están registrando varios países del norte de África y de Cercano Oriente no se vean en peligro por la inestabilidad económica.

Otro de los temas centrales del encuentro será la seguridad nuclear, tras la crisis de la planta de Fukushima en Japón, y la canciller alemana anticipó que solicitará un examen exhaustivo de todas las plantas en funcionamiento y analizar las que están fase de construcción. "Necesitamos una supervisión de los estándares de seguridad a nivel internacional", enfatizó en Berlín. En ese sentido, recordó que Alemania es partidaria de abandonar la energía atómica cuanto antes y pasarse a las renovables.