Al término del oficio religioso, una mujer salió de entre el público y, exhibió una bandera chilena con la inscripción "se vende", mientras gritaba "Democracia y Libertad". Cuando el presidente abandonaba el recinto fue nuevamente increpado por un grupo manifestantes con carteles en contra de la Central Termoeléctrica Castilla, aprobada por la Comisión de Evaluación Ambiental chilena en febrero, acusada de contaminación ambiental.

Más tarde, en el Museo Regional de Atacama, donde estaba previsto que Piñera se reuniera con el jefe de los 33 mineros rescatados, sólo algunos medios oficiales tuvieron acceso a la conferencia del presidente, quien alteró su discurso original para hacer referencia a la movilización estudiantil. Aseguró que su gobierno "atendía todos los reclamos" pero que "debía garantizar el orden público".

El Premio Nacional de Humanidades, Manuel Antonio Garretón, advirtió que Piñera no tiene proyecto y que el reciente cambio de gabinete sólo significó reforzar a la Unión Demócrata Independiente con la incorporación de dos figuras emblemáticas de la dictadura de Augusto Pinochet, Andrés Chadwick, en la Vocería, y Pablo Longueira, en Economía.

Camila Vallejo, dirigente de la Confederación de Estudiantes de Chile, por su parte, denunció que la represión fue desproporcionada, el ministro del Interior tiene que asumir las consecuencias de eso porque si quería establecer el orden público y la seguridad ciudadana, se hizo todo lo contrario". En su opinión, "hay una intransigencia absoluta" por parte del Poder Ejecutivo chileno y sobre todo de Piñera, que "no tiene respaldo ciudadano y no puede insistir en una postura e imponerla de manera autoritaria", añadió. Por lo tanto, sostuvo "creo que el gobierno hoy día tiene que ceder de verdad porque no lo está haciendo. Está engañando a la gente, no hay voluntad por hacer cambios profundos en la educación".