"Esta noche ha salido el Sol", corearon en el centro de la plaza. Allí se sentaron después de celebrar una asamblea para decidir los próximos pasos. "La plaza es del pueblo. Hoy tenemos mucho que celebrar. Esta batalla la hemos ganado", aseguraron en un manifiesto leído poco antes. El "triunfo" en la céntrica plaza se produjo después de una manifestación que desde Atocha recorrió el Paseo del Prado y el de Recoletos hasta llegar al Ministerio del Interior, en la Castellana, donde ayer por la noche la policía cargó contra los indignados, en una acción que dejó 20 heridos.

El desalojo de los pocos estudiantes que el martes pasado permanecían en el Kilómetro 0 de la capital española fue el detonante para que el movimiento se lanzara de nuevo a las calles. Desde entonces, los indignados intentaron a diario y sin éxito "recuperar" la Puerta del Sol. El movimiento ciudadano anunció que denunciará las cargas policiales que provocaron 20 heridos -siete de ellos agentes- y cuatro detenidos, entre ellos un periodista.

El exvicepresidente y exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba defendió la actuación policial, al afirmar que "doscientas personas no pueden poner patas arriba la ciudad. Eso no puede ser", dijo en Soria. "Si las manifestaciones son pacíficas, lógicamente la policía es tolerante, porque es una policía inteligente. Pero si hay violencia, la policía tiene que actuar", defendió el ahora candidato del gobernante Partido Socialista (PSOE) a las elecciones generales del 20 de noviembre.

Los indignados, por su parte, pidieron la "inmediata dimisión" de su sucesor, el ministro del Interior Antonio Camacho; y de la delegada del gobierno en Madrid, Dolores Carrión. "La actuación de anoche era evitable y se debió evitar", dijo un portavoz en la primera rueda de prensa que ofrece el movimiento desde su nacimiento. Aseguró que la manifestación de ayer por la noche junto al Ministerio del Interior fue "pacífica" y denunció que la policía cargó de forma "repentina" y "desproporcionada".

La carga policial del jueves fue el incidente más grave ocurrido en Madrid en el marco de las protestas ciudadanas, toleradas hasta esta semana por las autoridades, desde que se iniciaron hace casi dos meses y medio. Los indignados aseguran que el desalojo de la Puerta del Sol y la firme decisión de las autoridades de no permitir que vuelvan se debe a la visita del papa Benedicto XVI, quien llega a Madrid el 18 de agosto para quedarse cuatro días con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que acoge la capital española.