El funcionario precisó que tanto Sacyr, el primer accionista, como Caixabank, el segundo, son españoles, y que por ello "no hay riesgo en absoluto" de que el capital abandone la órbita ibérica. Sus declaraciones en los pasillos del Congreso de los Diputados llegaron después de que el diario "El País" publicara que Pemex quiere "capturar beneficios concretos" a bajo precio en Repsol -como el acceso a la tecnología de exploración y producción que utiliza la petrolera española-, así como "incidir" en sus decisiones estratégicas.

Sacyr, el primer accionista de Repsol con un 20 por ciento del capital, llegó a finales de agosto a un acuerdo con Pemex para intentar controlar la petrolera presidida por Brufau. La mexicana amplió su participación en Repsol hasta el 9,8 desde el 4,8 por ciento con el que contaba.

Con el 29,8 por ciento, cifra que se queda a poco del 30 por ciento que obliga al lanzamiento de una OPA, Sacyr y Pemex persiguen quitar a Brufau el mando de la petrolera española.

Luis del Rivero, presidente de Sacyr y uno de los vicepresidentes de Repsol, es desde hace tiempo muy crítico con la gestión de Brufau, que llegó a la presidencia de la compañía en octubre de 2004. Repsol triplicó en 2010 su beneficio neto, al obtener 4.693 millones de euros, frente a los 1.559 millones del ejercicio anterior.