Lunes, 26 de diciembre de 2011 | Hoy
22:00 › BANDERA BLANCA EN LA PENíNSULA
Tras el conflicto inconcluso por el supuesto ataque de Corea del Norte a un barco de guerra surcoreano que tensó la relación entre ambos países y mantuvo alerta a ambos ejércitos, la ex primera dama de Corea del Sur Lee Hee Ho y la presidenta del coloso industrial Hyundai, Hyun Jung-Eun, se sumaron a las muestras de respeto y dejaron obsequios ante los restos de Kim Jong-il, el líder norcoreano fallecido el 17 de diciembre. La señal de paz se selló con la visita de la delegación del sur al sucesor Kim Jong-un.
La visita autorizada por Seul como medida excepcional para ofrecer las condolencias por la muerte del "Querido Líder" parece delinear en plena transición de poderes un nuevo intento de reparación entre ambos países que desde hace tiempo se transformaron en enemigos cercanos.
El encuentro con el heredero fue breve, aunque Jong-un expresó su "profunda gratitud" por la presencia de la delegación en el memorial de Kumsusan, donde permanecen los restos de su padre.
Las mujeres que se acercaron a Corea del Norte no están ajenas a las tensas relaciones entre ambos países. En el 2000, el esposo de Lee Hee Ho y entonces presidente surcoreano Kim Dae-jung, que recibió el Nobel de la Paz por su trabajo diplomático antes de su muerte en 2009, se reunió con Kim Jong-il para encontrar una solución al conflicto bilateral.
Por su parte, el grupo Hyundai, guiado hasta 2003 por Chung Mong-hun, difunto esposo de Hyun, también trabajó para acercar a ambas Coreas. El "Querido Líder" había ofrecido sus condolencias a ambas mujeres cuando fallecieron sus esposos.
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