Por su parte, Rousseff se emocionó al afirmar que Lula fue "el gran responsable" de lo que ella considera él éxito de la gestión del Ministerio de Educación que ayer conmemoró la concesión de 1 millón de becas para estudiante universitarios pobres.

Pese a conseguir tres victorias presidenciales consecutivas (2002, 2006 y 2010), el PT aún no logra hacer pie en la mayor metrópoli sudamericana. Por eso, desde la semana pasada, Lula volvió a su despacho en el Instituto de la Ciudadanía para retomar formalmente la agenda política. Poco después Dilma lo recibió durante tres horas en la sede de la Presidencia de la República en San Pablo, donde conversaron acerca del lugar que el exgobernante desempeñará en este año político: será el jefe. Tendrá a su cargo la estrategia electoral del partido gobernante y, por rebote, tendrá injerencia en la designación y salida de ministros, pues esto influirá en las alianzas partidarias para las municipales.