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Meschiati, quien declaró en el marco de la causa que investiga el plan sistemático de robo de bebés, a cargo del Tribunal Oral Federal Nº6, agregó que "a mí me sigue pareciendo extraño que la 'Pichona' -María del Carmen Moyano de Probrete, secuestrada con un embarazo casi a término en Mendoza y enviada a La Perla- haya sido trasladada a la ESMA a tener un bebé. Tenía una panza de siete u ocho meses de embarazo, la tuvieron entre biombos blancos para que no viera nada, como hacían con los que agonizaban o iban a ser trasladados".

Según coincidieron varios sobrevivientes de de la ESMA, 'Pichona' fue trasladada desde Córdoba a Buenos Aires y dio a luz en junio de 1977 a una beba en la maternidad que funcionó en el centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada. Tras el parto desapareció y tampoco pudo encontrarse a su bebé: "Sigue siendo extraño, no quiero ser siniestra pero se hablaba en Suiza de tráfico hacia Estados Unidos", recordó la testigo sobre la joven a la que llamaba "panzona uno". Meschiati, más adelante, vinculó el caso con el ya detenido y procesado excapitán Héctor Vergez, quien fue jefe de La Perla y viajó varias veces a Buenos Aires, donde se lo vio en la ESMA.

En otro de los casos en debate, la testigo afirmó que por La Perla pasó Rita Ares de Espindola, la "panzona dos", a quien se intentó hacer parir en ese lugar pero que finalmente fue trasladada al igual que otras parturientas al hospital militar de Córdoba. "El responsable era el capitán González, quien se suicidó hace algunos años. Se ocupaba de ella y nos obligó a varias detenidas a limpiar una oficina con lavandina, porque querían hacerla tener el bebé ahí en La Perla", recordó. Por comentarios de los mismos gendarmes que custodiaban el lugar y del propio González "trascendió que la tenían que matar después del parto con una inyección de aire en las venas y eso generó un desastre y, entonces, González decidió llevarla al hospital militar".

La secuestrada dio a luz un bebé que fue dejado en la puerta de la casa de sus bisabuelos y ella fue finalmente asesinada. "Uno estaba en un campo de concentración, González decía que éramos el mal, usaba una boina negra con una cruz en la cabeza, decía que era una guerra santa y que no éramos dueños de tener a los hijos con nosotros porque no éramos capaces y los íbamos a meter en las mismas cosas. El tiempo ha demostrado que no es así la cosa", añadió Meschiati.

"Nunca me hubiera imaginado que se podía tener a una mujer a término, robarle el hijo y después matarla". La sobreviviente, una de las últimas testigos del juicio, quien fue secuestrada en Córdoba el 25 de septiembre de 1976 y liberada el 28 de diciembre de 1978, agregó que llegó a ver hasta 150 secuestrados al mismo tiempo, "en colchonetas", hasta que "venían camiones y se los llevaban" luego de que la cúpula del campo de concentración decidiera si se actuaba con ellos "por izquierda o derecha". "Por izquierda era mandarlos al pozo", asesinarlos, y "por derecha a una cárcel o, en contadísimos casos, liberarlos", agregó Meschiati.

El juicio por el plan sistemático de robo de bebés analizó 34 casos y sus principales acusados son los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, junto con otros seis represores.