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Slothauer explicó, en diálogo con Continental, que el conductor de la formación “ya venía reportando problemas en los frenos desde la estación Haedo”, y defendió “la actitud” del trabajador, que “decidió continuar con el servicio, a pesar de reportar fallas en los frenos”.

“En caso de abandonar la formación, los maquinistas deben afrontar no sólo el enojo de los pasajeros, sino el desamparo de su gremio, La Fraternidad”, acusó la delegada. Según Slothauer, "el gremio no defiende a los trabajadores porque son cómplices de la concesionaria" y destacó: "El subsecreatrio de Transporte (Antonio) Luna es miembro de la Fraternidad y en la CNRT hay miembros de la Fraternidad".

La delegada aseveró que la principal falla que desencadenó las graves consecuencias del choque fue que "el paragolpes de la estación estaba cerrado y no amortiguó el impacto como hubiera correspondido".

Sin embargo, Slothauer aseguró que el problema de fondo no son las cuestiones técnicas porque "el sistema ferroviario puede funcionar bien si dejan de robar", en referencia a la concesionaria TBA, de la familia Cirigliano. "Tienen que echar y meter presos a todos los que están en esta empresa y a todos los que permitieron hacer lo que se hizo. Hay que poner el tren en manos del Estado y que toda la plata que se gasta en subsidios, que llegue a los técnicos. Ahí vamos a ver cómo se va a mejorar el funcionamiento".

En ese sentido, criticó al Gobierno por aumentar las concesiones al Grupo Cirigliano luego de la “tragedia de Flores” y al secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, por no mencionar "a Cirigliano, que es el que conduce esto ni de la plata que el Estado pone para que el tren funcione".