Las declaraciones de Monti se producen un día después de que el Ejecutivo aprobara un decreto ley para el desarrollo, con nuevas medidas destinadas a relanzar el crecimiento, así como la venta de parte de acciones y de patrimonio inmobiliario del Estado a fin de recaudar fondos para sanear las cuentas públicas.

"Nos encontramos de nuevo en una crisis", disparó Mario Monti durante una charla con periodistas en la que se mostró "optimista sobre el futuro de Italia", aunque subrayó que "sería pesimista si la estructura europea se disolviera". "Mañana voy al G-20 en México con un ánimo más sereno" que su predecesor Silvio Berlusconi a la cumbre de Cannes, bromeó, y añadió que su país "ahora está entre aquellos a los que se pregunta cómo se puede mejorar Europa y no cuánto dinero necesitamos".

Además, el premier reiteró la importancia de las políticas de crecimiento, aunque advirtió que aplicarlas será un camino "largo y difícil". Así y todo, aseguró que "pronto" se podrán ver "algunos efectos" de esas iniciativas, "pero no son cosas que pueden ser medidas en un mes o un trimestre".