La Comisión Interamericana decidió "ampliar el alcance de las medidas cautelares" vigentes desde 2002 por "el riesgo permanente de sufrir daños irreparables de los derechos de los detenidos, el cual se agrava con el paso del tiempo".

Por eso, la CIDH exigió al gobierno norteamericano "proceder con el cierre inmediato del centro de detención en la Base Naval de la Bahía de Guantánamo", en Cuba, así como "transferir a los detenidos a sus países de origen o a un tercer país en observancia de las garantías de derechos humanos".

Las faltas fueron detalladas en una carta enviada al gobierno norteamericano, en la que también se apuntó "la realización de requisas innecesarias y humillantes, la alimentación forzada de detenidos que optaron por participar en una huelga de hambre y el aumento de la segregación y el asilamiento de los detenidos".

El presidente estadounidense, Barack Obama, trató de cerrar Guantánamo en 2009, durante su primer mandato, pero su intento fue frenado por el Congreso, que le denegó fondos para el traslado de los detenidos a cualquier otra parte del territorio del país. El mes pasado, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, nombró a Cliff Sloan como encargado de avanzar en el cierre de Guántanamo. Su misión es lograr que otros países acepten a los presos.

El centro de detención abrió en 2002 para albergar a presuntos extremistas islámicos capturados en el extranjero luego de los atentados a las Torres Gemelas en 2001. La población de reclusos, que durante el gobierno del republicano George W. Bush llegó a 242, se redujo a 166 con la administración del demócrata Obama.