Domingo, 9 de febrero de 2014 | Hoy
18:15 › FRONTERAS QUE SE CIERRAN
Los suizos apoyaron con una estrecha mayoría del 50,3 por ciento la iniciativa para establecer cuotas a los ciudadanos europeos que quieran entrar a su mercado laboral. La propuesta “Contra la inmigración masiva", lanzada por un partido de extrema derecha, también restablece el principio de la preferencia por el trabajador nacional frente al extranjero.
La Comisión Europea (CE) expresó su disconformidad con la iniciativa para la restricción de la inmigración europea al mercado laboral suizo votada hoy por referéndum. La medida "va en contra del principio de libertad de movimiento entre la UE y Suiza", reaccionó el Ejecutivo comunitario.
La CE añadió que "examinará las implicaciones de la iniciativa en las relaciones bilaterales entre el bloque y la Federación Helvética teniendo en cuenta el resultado del referéndum".
Los suizos decidieron volver a limitar la entrada de ciudadanos de países de la Unión Europea a su mercado laboral mediante el establecimiento de cuotas anuales de aquí a tres años. Los resultados oficiales de todos los cantones suizos indican que la propuesta, denominada "Contra la inmigración en masa", fue aceptada por un 50,3 por ciento de votos.
Lanzada por el partido de extrema derecha Unión Democrática de Centro (UDC), también restablece el principio de preferencia por el trabajador nacional frente al extranjero, que estaba abolida para todos los trabajadores procedentes de alguno de los países de la UE.
El resultado llevará inevitablemente a una renegociación del acuerdo bilateral entre Suiza y la UE sobre la libre circulación de personas, en vigor desde 2002 y que se había aprobado también en un referéndum dos años antes.
El gobierno, los partidos y empresarios llevaban semanas oponiéndose a una iniciativa que consideran dañina y hasta ahora los opositores parecían adelantarse en las encuestas. Pero finalmente se impuso la propuesta por un margen estrechísimo. Al parecer fueron los cantones germanoparlantes del este del país donde la propuesta del nacional de derechas SVP encontró más apoyos, frente al rechazo mayoritario en los cantones francoparlantes del oeste.
Los defensores de la medida argumentan que la alta inmigración ha sobrecargado la infraestructura suiza y encarecido los alquileres, y también perjudicado a la población suiza en el mercado de trabajo.
En una reacción al resultado del referéndum, el presidente suizo, Didier Burkhalter, dijo hoy que espera alcanzar un acuerdo con la UE y aseveró que no pretende cambiar sus relaciones de base con Bruselas. El paso de poner límites a la inmigración tendrá influencia en las relaciones con la UE, reconoció. Sin embargo, matizó, muchas cuestiones de su implementación están abiertas. "Sólo debemos encontrar la forma de hacerlo" para que sea aceptable para la UE.
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