Este es el primer gran golpe contra las FARC desde que el pasado 15 de abril Santos ordenara la reanudación de bombardeos contra campamentos de esa guerrilla. "Los resultados preliminares de este operativo (de ayer) son 26 bajas y un menor de edad recuperado", además de 37 fusiles y una ametralladora incautados, dijo el mandatario en una alocución desde el palacio de Nariño, rodeado de la cúpula militar.

Anteriormente se había informado de un balance de 18 fallecidos y dos heridos. "Esta es una acción legítima del Estado, en defensa y en protección de la ciudadanía. Estas son las reglas del juego que hemos establecido", afirmó Santos, quien calificó la operación como "un golpe muy importante" contra las FARC.

La respuesta de la guerrilla colombiana no tardó. Desde Cuba, Pastor Alape, uno de los negociadores de paz, sostuvo que el bombardeo en Cauca hizo que la tregua unilateral ofrecida por esa organización sea "insostenible" y minutos después se emitió un comunicado en que las FARC anunciaban el fin del cese del fuego de la guerrilla como señal de buena voluntad el diálogo en La Habana.

"No estaba en nuestra perspectiva la suspensión de la determinación del cese el fuego unilateral e indefinido (...), pero la incoherencia del Gobierno de Santos lo ha logrado", afirmó el Secretariado de las FARC en un comunicado.

El ataque fue en respuesta a otro de las FARC contra una unidad militar que ese día estaba descansando en un recinto deportivo en el regimiento de Timba, perteneciente al municipio de Buenos Aires, acción en la que murieron once miembros del Ejército y más de 20 quedaron heridos. El hecho consternó a la sociedad colombiana y las FARC lo calificaron de acción "defensiva".

"Desde el día que se inciaron las negociaciones de La Habana he sido muy claro en que las operaciones de nuestras Fuerzas Armadas contra la subversión no se detendrían y no se detendrán", subrayó Santos y sentenció: "Esta ha sido, es, y seguirá siendo la orden. No bajar la guardia".