Martes, 28 de junio de 2016 | Hoy
13:57 › ALICIA CASTRO, EX EMBAJADORA EN EL REINO UNIDO, SOBRE EL BREXIT Y MALVINAS
Por Martín Granovsky
La ex representante argentina en Londres dijo, en una entrevista con Página/12, que el nuevo escenario planteado a partir del triunfo del Brexit es más complejo que el percibido por el presidente Macri en su reunión de enero con David Cameron.
Dirigente sindical, ex diputada nacional, representante argentina en Venezuela y embajadora en Londres de 2012 a 2015, Alicia Castro dijo a Página/12 que el voto a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea “ofrece una ocasión para que el presidente Macri comprenda qué es el Reino Unido”.
–Cuando se reunió con el primer ministro David Cameron en enero, el presidente argentino le expresó: “Estoy muy contento de iniciar una nueva etapa de relaciones con Inglaterra”. O sea, England. Ahora, tal vez, tome en cuenta que se trata de cuatro naciones: además de Inglaterra, el Reino Unido está conformado por Escocia, Irlanda del Norte y Gales, cada una con su dinámica, su cultura y sus intereses propios y diferentes. El nuevo escenario es un poco más complejo que el de aquella reunión a la que el Presidente caracterizó como “muy linda”. Por lo tanto, precisamos de mayor discernimiento y precisión para manejar las relaciones exteriores.
–Es un momento oportuno para reforzar nuestro reclamo de diálogo y negociación por Malvinas e insistir para que se retire la base militar británica en este enclave estratégico y nadie pueda expoliar los recursos naturales al sur de nuestro continente. Al día siguiente del Brexit, por ejemplo, el canciller español propuso ejercer la soberanía compartida en Gibraltar. Si el Reino Unido se desune y queda sin poder de veto dentro de la Unión Europea, también quedará solo y aislado en su incumplimiento de las 41 resoluciones de Naciones Unidas que exhortan a reiniciar las negociaciones con Argentina. Aunque el presidente Macri haya expresado ignorancia supina y su canciller Susana Malcorra haya cuantificado la cuestión Malvinas como apenas “el 20 por ciento dentro de la relación bilateral”, el interés por desterrar un enclave colonial al sur de nuestro continente es un objetivo permanente de todos los pueblos del mundo que rechazamos el imperialismo y el colonialismo
–El efecto es una situación de gran complejidad para el Reino Unido y para Europa, que implica desafíos y conflictos aún desconocidos. Ésta es una época de sorpresas y paradojas. De desorden mundial. También en nuestra región.
–El referéndum, creado y adelantado por el gobierno conservador, desató una guerra entre dos facciones del partido oficialista. Por un lado Boris Johnson, ex alcalde de Londres, compitiendo por el liderazgo. Por otro Cameron y su tesorero George Osborne, que defendían el status quo, mientras la derecha radical representada por el partido UKIP pedía su aniquilación. Cameron llegó al referéndum en el peor momento. Su popularidad terminó de caer cuando apareció en los Panama Papers. Además, muchos votantes que han perdido su calidad de vida como consecuencia de los ajustes del gobierno conservador creyeron que saliendo de Europa podrían recuperar el Estado de bienestar. La campaña por la salida estuvo plagada de mentiras.
–Prometieron que los 350 millones de libras semanales que demanda Bruselas serían destinadas a mejorar el decaído Sistema Nacional de Salud (NHS) y el régimen de pensiones, a rebajar impuestos y a incrementar los subsidios. Sin embargo, inmediatamente después de triunfar el Brexit, Boris Johnson, un político que como periodista ya se había ganado fama de mentiroso, dijo que “todavía es incierta la implementación”. También prometieron un boom económico. Y al día siguiente se desplomaron las bolsas y la libra.
–Nigel Farage, el líder ultraderechista de UKIP que manipuló descaradamente los miedos, el racismo y la xenofobia vociferando contra la entrada de inmigrantes de Europa, ya desnudó sus contradicciones en varios reportajes. Con el reconocimiento de las consecuencias, entre otras la salida del mercado común, ya aparecen miles de arrepentidos y se especula con que podría haber otro referéndum. Lo que queda demostrado, y es muy preocupante, es que la campaña para dejar la Unión Europea no tenía un plan. En particular, parece que sus ideólogos ni siquiera tuvieron en cuenta los conflictos que inmediatamente traería al interior del Reino Unido. Escocia e Irlanda del Norte, que votaron mayoritariamente por permanecer en la UE, ahora están demandando un referéndum para separarse de esta Inglaterra que los desmembró de Europa.
–En este escenario faccioso –que permite a la prensa británica adornar sus análisis con metáforas shakespeareanas de dagas y traiciones– el opositor Labour Party hizo campaña para permanecer en la Unión Europea. Proponía reformular favorablemente las condiciones. Era quedarse y cambiar. Stay and reform. Lo acompañaron en su propuesta los sindicatos y la central sindical, la TUC. El líder del laborismo, Jeremy Corbyn, insistió sin éxito en la necesidad de que el gobierno legislara para establecer igualdad de condiciones laborales y salariales que equiparen a todos los trabajadores europeos con los británicos, a fin de desarmar la campaña contra la inmigración, agitada por la derecha radical y la prensa amarilla. Corbyn, un viejo diputado de izquierda, fue elegido como líder del Partido Laborista en septiembre de 2015. Causó una gran sorpresa y un gran revuelo en la política británica. Cientos de miles de ciudadanos se sumaron con entusiasmo al laborismo sólo para poder apoyarlo.
–No. Desde entonces, los diputados de su partido, el llamado Laborismo Parlamentario, más moderados y algunos de ellos partidarios de Tony Blair, por todos los medios intentaron desprestigiarlo y correrlo de la escena.
–Es una nueva excusa utilizada por ese Laborismo Parlamentario para cuestionarlo. Conspiran para derrocarlo como líder. Probablemente se tendrán que enfrentar al laborismo que está en la calle, al viejo laborismo idealista y a los jóvenes, los trabajadores y los sindicatos que ven en Corbyn la única esperanza de un cambio progresista. Es francamente grotesco endilgar responsabilidad alguna a Corbyn en un referéndum montado y manipulado por los conservadores. La Unión Europea es una construcción colectiva que perdió prestigio con los sacrificios económicos que impuso a Grecia, a Portugal, a España. Los sacrificios provocaron grandes crisis políticas y sociales. La UE deberá reformularse si quiere ser una Europa verdaderamente plural, sin hegemonías indeseables, que no sea vista como instrumento del sistema financiero y cuyo funcionamiento logre mejorar la vida de los pueblos de todos los estados miembro.
–En una teleconferencia en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, el pasado viernes 24, escuchamos la interpretación de Julian Assange, el fundador de Wikileaks. Dijo exactamente esto: “No fue el racismo que llevó a los británicos a votar la salida, sino que los miembros de la clase trabajadora se sienten como extraños en su propio país. Creyeron que no tenían el poder de controlar las cosas en el Reino Unido, de modo que decidieron votar contra el establishment político”. Assange describió “una guerra civil en la política, donde dos facciones conservadoras se están enfrentando duramente: una ‘transatlántica’, que promueve relaciones muy cercanas con los Estados Unidos y otra que quiere revivir el ideal del viejo imperio británico”. También señaló que la adhesión dada por las grandes corporaciones de negocios y los dirigentes políticos de Estados Unidos a la permanencia de Gran Bretaña en la UE fue un factor determinante en el resultado. Esta bien claro que las intervenciones militares de Estados Unidos y sus aliados en Libia, Siria, Irak y Afganistán han provocado la enorme crisis de los refugiados en Europa, con millones de personas huyendo de esos países en guerra.
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