Los detenidos fueron acusados de integrar una organización que captaba hombres a través de supuestas citas por la red social Badoo, los narcotizaba, los secuestraba y los obligaba a entregar las llaves de sus casas.

La fiscal Estela Andrades y el propio juez Diego Slupski allanaron, en Avellaneda, la vivienda adonde los imputados llevaban a sus víctimas. Allí las sometían a brutales golpizas (fueron hallados restos de dientes y manchas de sangre), las maniataban con precintos plásticos y las obligaban a hacer sus necesidades en tachos de lata.

Según fuentes judiciales, que confirmaron que aún está prófuga una mujer que fungía como anzuelo, el despliegue, la organización, la logística y, sobre todo, la posibilidad de que existan más casos no denunciados o en vías de esclarecimiento, insinúan la posibilidad de una red delictiva compleja, en cuya trama habría caído el hombre secuestrado esta misma semana en un departamento de la avenida de Mayo, en pleno centro porteño.