Miércoles, 28 de septiembre de 2016 | Hoy
15:14 › EL SECTOR PRIVADO SIGUE DESTRUYENDO EMPLEO FORMAL. MAYOR CAIDA EN LOS CENTROS URBANOS
La Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo reveló una caída en agosto del 0,7 por ciento interanual en el empleo privado. La construcción y la industria son los sectores que registraron los retrocesos más significativos. Por Tomás Lukin
El empleo privado registrado arrojó en agosto una merma del 0,7 por ciento frente al mismo período del año pasado y la caída llega hasta un 0,9 por ciento desde diciembre. Los datos publicados por el Ministerio de Trabajo indican que la construcción y la industria manufacturera son los sectores con las caídas más significativas entre los asalariados formales. Sin contemplar el impacto del escenario recesivo sobre los trabajadores más desprotegidos, las bajas relevadas por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) llegan al 9,6 por ciento para la construcción y el 3,6 por ciento en la industria. Las cifras exhiben el impacto que tiene la reducción de la obra pública, la minimización del rol contracíclico del Estado, los menores niveles de consumo, la retracción en la inversión privada, la caída de las ventas externas hacia Brasil y la apertura comercial.
Los últimos datos del Indec indicaron que la desocupación trepó del 6,6 al 9,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 y 2016. Los indicadores anticipados respecto al universo formal como el relevamiento del Ministerio de Trabajo y los registros del Sistema Integrado Provisional Argentino (SIPA) permiten afirmar que el mundo laboral no forma parte de los promocionados “brotes verdes”. “Estamos llegando al fondo de un pozo y si no hay nuevas medidas de ajuste la caída no debería profundizarse. Los niveles de empleo van a permanecer estancados. Ante el fracaso del shock inversor la única posibilidad para comenzar a revertir la fuerte destrucción de empleo concentrada en la construcción y la industria es a través de la mejora en los salarios reales que permitan dinamizar la actividad y el consumo privado pero igualmente hablamos de cambios marginales después de observar la destrucción de 134 mil puestos de trabajo registrados desde que asumieron las nuevas autoridades”, explicó Ariel Lieutier, investigador del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala.
De acuerdo al informe difundido por la cartera laboral, la tasa de despidos (incluye las desvinculaciones de personal por despidos sin causa, fin de periìodo de prueba y finalizacioìn de obras) en agosto de 2016 fue del 0,8 por ciento, un dato dentro de los paraìmetros relevados en los uìltimos cuatro anÞos. “La situación laboral no muestra mejoras y se siguen perdiendo empleos en muchas actividades. A la destrucción de puestos de trabajo hay que sumarle la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Hay sectores sindicales que se mueven y exigen mejoras y hay otros que todavía deben negociar la segunda parte de su paritaria pero la CGT puso el freno de mano y busca acordar paliativos con el Gobierno para evitar un paro”, indicó la abogada laboralista y ex secretaria de Trabajo, Noemí Rial.
“El Gobierno está muy preocupado por identificar brotes verdes que den muestras de un cambio en el ciclo económico pero no debe olvidarse que esas incipientes y aisladas mejoras deben regarse dotando al salario de mayor capacidad de compra”, enfatizó el economista del ITE al referirse a las demandas de algunos sindicatos por reabrir paritarias u obtener recomposiciones extraordinarias para amortiguar el impacto de la aceleración inflacionaria.
Los datos de la EIL, una encuesta mensual sobre 2834 empresas que se elabora desde 1996, evidencian el impacto del escenario recesivo sobre el empleo en la construcción. En la comparación interanual la caída de agosto llega al 9,6 por ciento. La información correspondientes a julio reveló la destrucción de 59.868 puestos de trabajo formales en relación con el mismo mes del año anterior.
Si la parálisis de la obra pública y la inversión privada explican la contracción del empleo en la construcción, el retroceso en las industrias manufactureras responde a tres factores: la menor demanda interna producto de la pérdida en la capacidad de compra, el retroceso en las exportaciones hacia Brasil y la apertura comercial. “La crisis del empleo comienza a tomar un carácter federal, ya que los sectores afectados por la entrada de productos del exterior tienen una fuerte presencia a lo largo y a lo ancho del país”, advirtió la economista Paula Español. En ese sentido, los EIL mostró en agosto una caiìda en el nivel de empleo en los aglomerados urbanos maìs grandes (Gran Buenos Aires, Gran Coìrdoba, Gran Mendoza y Gran Rosario). Por su parte, se relevaron variaciones mensuales positivas en Gran Tucumaìn, Gran Paranaì, Gran Santa Fe, Gran Bahiìa Blanca y Gran Jujuy.
A la hora explicar el pobre dinamismo del mercado laboral en la cartera que encabeza Jorge Triaca argumentan que no existe un salto en los despidos. Desde su perspectiva, la denominada “tasa de salida” (proporción de desvinculaciones de personal respecto del total de la dotacioìn) está en línea con otros episodios recesivos. En cambio lo que se observa, argumentan en Trabajo, es una escueta “tasa de entrada” (incorporaciones de personal respecto del total de la dotacioìn). Así, la contracción del empleo privado la explicaría la resistencia de los empleadores a contratar y mantener aquellos puestos con alto nivel de rotación antes que la decisión de reducir sus plantillas.
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