Divididos en grupos para realizar los piquetes en distintos puntos, los seguidores de la oposición, musulmanes sunnitas y cristianos, muchos de ellos encapuchados, intensificaron las protestas que protagonizan desde hace dos meses contra el gobierno pro occidental del primer ministro Fuad Siniora.

Miles de personas quedaron varadas y muchas de ellas no pudieron llegar a sus trabajos por las protestas, mientras que el silencio y la falta de gente constituían un inusual panorama en barrios comerciales de Beirut habitualmente llenos de transeúntes.

Fuentes policiales dijeron que una persona murió y al menos otras diez resultaron heridas por disparos de armas de fuego, mientras que cerca de una docena más sufrió lesiones en peleas entre opositores y militantes oficialistas.

El hombre que murió fue baleado en un enfrentamiento en la localidad cristiana de Halba, en el norte del Líbano, dijo la policía, citada por la agencia Ansa.

Seguidores de Hezbollah y sus aliados acampan desde el 1 de diciembre pasado frente a las oficinas del premier Siniora para exigir su renuncia.

Siniora rechaza dimitir y acusa a la oposición de querer dar un golpe de Estado. El premier quedó debilitado tras la guerra del año pasado entre Hezbollah e Israel, que destruyó la economía del país y aumentó la popularidad del partido islamista, que logró defender con éxito a la nación contra el poderoso ejército judío.

Manifestantes cortaron la autopista que va al único aeropuerto internacional del país, el de Beirut. Varias aerolíneas árabes cancelaron vuelos, pero no la compañía aérea de bandera libanesa, Middle East Airlines.

El aeropuerto mantenía sus actividades, pero con muy pocos pasajeros y empleados, dijeron fuentes militares.

Numerosas escuelas, oficianas y negocios estaban cerrados en Bairut, pero no estaba claro si era por apoyo a la huelga o porque la gente no pudo llegar por los piquetes y barricadas.

Fuente: Télam