"Frente a la especulación del precio de la harina pedimos a las fuerzas armadas que cooperen, no con el gobierno, sino con el pueblo, porque a veces tenemos algunos problemas de especulación; hacen subir el precio del pan", dijo el mandatario.

Morales hizo estas declaraciones -que recogen hoy los diarios bolivianos- al inaugurar ayer un primer horno industrial en un regimiento de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz.

En la ocasión, el jefe de Estado compartió un té con el comandante del Ejército, general Freddy Bersati, y con otros soldados del regimiento Ingavi, que desde hoy sacarán a la venta pan a menor precio que en el mercado para favorecer a las familias de bajos recursos económicos.

En el mismo acto, el viceministro de Microempresa, Ramiro Uchani, anunció que en los siguientes días otros once hornos industriales entrarán en funcionamiento en cuarteles de las principales ciudades del país.

Descontento con la medida gubernamental, el empresario panadero Dandy Mallea dijo a los periodistas que sus colegas no bajarán el actual precio del pan frente a lo que calificó como "competencia desleal" de los soldados.

Un aumento en el precio de ese producto disparó la inflación hasta alcanzar en julio el 6,4 por ciento, la más alta de los últimos años y cuando la meta prevista por el gobierno para todo el año era del 6 por ciento.

Morales soportó entonces una andanada de críticas de sus opositores políticos y de otros sectores de la población.