Así lo resolvieron los jueces Guillermo Gordo, Ricardo Farías y Daniel Obligado, al rechazar por "extemporáneo" un planteo de suspensión de la instanacia oral que habían hecho la fiscal Mirna Gorinsky y Carlos Lordkipanise, uno de los querellantes y sobreviviente del centro naval.

Ese pedido de postergar el juicio había sido apoyado por las Abuelas de Plaza de Mayo y el Centro de Estudios Legales y Sociales, pero los jueces les contestaron que no podían hacer planteos de ningún tipo porque no están constituidos como querellantes en el expediente.

Así pues, las audiencias se llevarán a cabo en la principal sala de audiencias con que cuenta la sede judicial ubicada en la avenida Comodoro Py 2002, en el barrio porteño de Retiro, donde se realizó el juicio por el atentado terrorista a la mutual judía AMIA.

Este proceso a Febres solamente será por los casos de Carlos Lordkipanidse, Carlos García, Josefa Prada de Olivieri y Alfredo Margari, sobrevivientes de la ESMA, según lo dispuesto por el juez federal que instruyó la causa, Sergio Torres.

Entre los querellantes actuará Rodolfo Yanzón, abogado de de la Liga Argentina por los Derehos Humanos.

El letrado declaró a esta agencia que "somos conscientes de que este es un juicio muy pequeño para todo lo que sucedio en la ESMA, pero la propuesta de suspensión del juicio implicaba tener nueva fecha recién dentro de un año".

"En este pais nada está asegurado y preferimos asegurar este pequeño juicio", remató el letrado.

Según los sobrevivientes, Febres se jactaba de "dar máquina", o sea atormentar, a los prisioneros de la ESMA mediante aplicaciones de 'picana' eléctrica y, a la vez, estaba encargado del ajuar de los bebés nacidos allí que iban a ser apropiados.

El centro clandestino que funcionó en la ESMA ha sido considerado como el mayor campo de la muerte de la dictadura, ya que según sobrevivientes, habrían pasado por allí 4.500 víctimas rumbo a los tétricos 'vuelos de la muerte', en que desde aviones navales eran arrojados vivos y narcotizados al mar.

Ayer se concretó el traspaso del predio donde funcionó ese centro de detención al Estado nacional y porteño, para la construcción allí de un museo de la memoria.