Remeras, banderas, carteles, gorras, todo en furioso rojo, se multiplican también en las estaciones de metro, en los boulevares de las grandes avenidas caraqueñas y en las calles que desembocan en el centro de la capital.

Se espera que después del mediodía los partidarios del Sí a la reforma constitucional que se pondrá en juego en el referendo del domingo constituyan una de las más grandes manifestaciones de las últimas décadas.

Los medios y los dirigentes en general de Venezuela tienen puesta mucha atención en la cantidad de gente que logrará reunir el chavismo porque ayer, en la misma avenida Bolívar, hizo su cierre de campaña la oposición, que llama a rechazar en las urnas la reforma de la Carta Magna.

Igual que ayer, en el centro y los alrededores ya está montado un fuerte operativo de seguridad en prevención de incidentes o eventuales choques, y la Casa Militar armó también su propio sistema, teniendo en cuenta que se espera la presencia de Chávez alrededor de las 16.

A diferencia de lo que ocurrió en otras oportunidades, esta vez el oficialismo no marchará y únicamente se concentrará, no sólo sobre Bolívar, sino también en las aledañas avenidas Lecuna, Fuerzas Armadas y Universidad, todas ellas ya adornadas con carteles del Si y banderas venezolanas en los postes de luz.

Ayer, el presidente debió suspender un acto que tenía previsto encabezar en el estado de Bolívar, en el estadio Cachamay, debido a un temblor que afectó a la región.