Esta mañana, fuertemente custodiados por efectivos de la Prefectura Naval, los dos buques-casino funcionaban en un diez por ciento, porque unos pocos empleados y los clientes eran llevados a bordo en lanchas y catamaranes que partían desde el tradicional paseo Caminito, en La Boca.

Mientras tanto, los trabajadores en conflicto reclamaban la reincorporación a las puertas del estacionamiento, vallado y protegido por prefectos y custodios privados.

Voceros de trabajadores informaron que la orden de no permitir el ingreso a 81 trabajadores fue dada a la fuerza de seguridad por la jueza federal María Servini de Cubría.

"Estamos siendo víctimas de un nuevo escándalo. No puede ser que se desconozca la protección que la ley le otorga a los delegados, ni que una jueza en lo penal intervenga en un tema netamente laboral", se quejó Leonardo Bonani, delegado de los trabajadores.

En declaraciones al canal C5N, el representante de los empleados explicó que "apareció un listado de nombres, y nosotros nos presentamos para que se acate la resolución del ministerio. Hemos resuelto retomar la medida de fuerza que levantamos el jueves pasado cuando se dictó la conciliación obligatoria".

Según el delegado, los 1500 empleados del casino acataron la decisión de la asamblea, porque "estamos siendo víctimas de un escándalo político a nivel nacional. Somos víctimas de patotas, despidos arbitrarios, represión ilegal, y una resolución de la justicia que no tiene parangón. Esta empresa tiene mucho poder".

Anoche, más de cien empleados despedidos del Casino Puerto Madero se hicieron presentes frente a las puertas del complejo, en la Dársena Sur, para aguardar el inicio de una conciliación obligatoria, que finalmente aunque Prefectura Naval recibió hoy una orden judicial para vedarles el ingreso.

Fuentes judiciales informaron que el fiscal federal Guillermo Marijuán hizo lugar ayer a un pedido de la empresa concesionaria del Casino, que el lunes presentó un recurso de amparo para impedir el acceso a los trabajadores que participaron de los incidentes el 9 de noviembre último.

Afiliados a los sindicatos de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA) y de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) se enfrentaron ese día en el interior de uno de los buques, en medio de una disputa por el encuadramiento gremial de 1.500 trabajadores, lo que promovió los despidos.

Más de 100 empleados fueron despedidos: 81 por los incidentes y más de 30 por ausencia a los puestos de trabajo, durante los días siguientes, según informó la empresa.

Esta tarde, los trabajadores del barco casino levantaron el acampe que realizaban desde anoche, en tanto se mantiene la orden judicial de cerrar preventivamente el local hasta resolver el conflicto laboral.

Fuentes gremiales agregaron que el Ministerio de Trabajo aún "no convocó a ningún encuentro".