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El gobierno de la Ciudad de México, el distrito más castigado por la epidemia con 29 de los 42 decesos, decidió levantar la noche del miércoles las restricciones que aún se mantenían desde la semana pasada al pasar de alerta naranja (fase 3 de 4) a amarilla (2).

"Con base en la evidencia disponible (...), se decidió recomendar que se modifique la situación de la ciudad y se pueda pasar de la alerta sanitaria naranja al nivel amarillo", dijo en rueda de prensa Malaquies López, vocero del Comité de Vigilancia Epidemiológico capitalino.

López detalló que a partir de este jueves pueden volver a funcionar "bares, lounges, cabarets, centros nocturnos, discotecas, salón de baile, estadio deportivo, plaza de toros, estadio de fútbol, cine, teatro, billar, salón de fiestas, centros deportivos, parques diversiones", entre otros.

Las autoridades consideran que México ha superado el peor momento de la epidemia, ocurrido el 25 y 26 de abril con siete muertos cada día, y que están dadas las condiciones para volver a la vida normal, aunque advirtieron sobre la necesidad de cumplir estrictamente con las llamadas medidas de "distanciamiento social" para evitar un rebrote.

Además, unos 30.000 restaurantes capitalinos y los sitios arqueológicos en todo México reabrieron sus puertas el miércoles y ese día millones de mexicanos retornaron a sus trabajos tras un receso de cinco días por la epidemia de gripe A (H1N1).

La noche del miércoles, muchos restaurantes del residencial barrio La Condesa trabajaban con normalidad, aunque varios de ellos sin cumplir con los requisitos como ubicar mesas a 2,5 metros de distancia o aceptar un aforo del 50% del establecimiento.

También este jueves comienza el proceso de normalización educativa con el retorno a clases del nivel universitario, mientras que el lunes se completará con los ciclos inferiores.

Los hinchas mexicanos regresarán a los estadios de fútbol este fin de semana para presenciar la última jornada del torneo Clausura-2009, previa a la liguilla final.

El presidente Felipe Calderón sostuvo el miércoles que México está ganando la batalla contra la epidemia, aunque llamó a "no cantar victoria" porque el nuevo virus H1N1 seguirá expandiéndose.

Por ello, se seguirán aplicando las llamadas medidas de "distanciamiento social" en los sectores público y privado, que consisten principalmente en evitar las aglomeraciones, observar medidas de higiene y no saludarse ni de beso ni de mano.

Además la epidemia generará un alto impacto económico de unos 30.000 millones de pesos (2300 millones de dólares), equivalentes a alrededor de 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB), según cálculos oficiales.

La cifra mundial de muertos por gripe porcina ascendía a 44, luego de que México reportó 13 decesos el miércoles y suma 42, mientras que los otros dos corresponden a Estados Unidos.